Quinientos días dentro de una cueva, en soledad, sin referencias de tiempo y sin contacto con el exterior. Beatriz Flamini, deportista de élite, alpinista y escaladora, ha cumplido este reto este viernes después de salir de su aislamiento a las 9 de la mañana. El hito también supondrá un récord mundial de permanencia bajo tierra en estas condiciones extremas. Este viernes se ha producido su salida de una cavidad, ubicada en la provincia de Granada, en la que ha permanecido a 70 metros de profundidad y aislada durante el último año y casi cinco meses, ajena a todo lo que ha acontecido en el planeta en todo este tiempo.
Con la ayuda de miembros del Grupo de Actividades Espeleológicas de Motril, la localidad costera de Granada donde se ubica la cavidad, Flamini ha salido minutos después de las 9:00 horas en aparente buen estado de salud, con gafas de sol para protegerse la vista y una amplia sonrisa del refugio bajo tierra que ha sido su hogar durante los más de dieciséis meses que ha durado el experimento. En el exterior de la cueva la esperaban, además de personas involucradas en el proyecto, amigos que, con mascarilla para proteger su salud, la han recibido con un fuerte aplauso, a lo que Flamini, que entró con 48 años y ha salido con 50, ha respondido diciendo que los quiere "un montón" y que se siente "muy agradecida", y ha pedido disculpas y que no tomen en cuenta lo sucedido abajo.
VÍDEO | Récord bajo tierra: 500 días en una cueva sin contacto exterior.
— EFE Deportes (@EFEdeportes) April 12, 2023
⛰️ En soledad, sin referencias de tiempo y sin contacto con el exterior... Beatriz Flamini, deportista de élite y alpinista, explica que le ha llevado a embarcarse en esta aventura 👇
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Apasionada de expediciones en solitario por las cimas más altas del mundo y experta en autosuficiencia, esta defensora del medioambiente se puso en contacto hace dos años con la productora Dokumalia para plantearle el reto de permanecer sola y sin contacto exterior en una cueva durante 500 días, explicó este miércoles a EFE Elena Mera, portavoz del denominado proyecto Timecave. "Se trataba de un desafío personal de superación, como otros muchos que había hecho anteriormente. En este caso, se prestaba además a todos los estudios que otros quisiesen hacer con ella, con lo que muchos científicos se apuntaron. Nos propuso también registrar todo el proceso en una serie documental", detalló Mera.
La noche eterna
Tras estudiar experimentos similares llevados a cabo antes en distintas partes del mundo y ser conscientes de la dificultad del reto, ya han pasado los 500 días desde que Beatriz Flamini comenzó a vivir esta particular experiencia, que la ha llevado a vivir en una constante noche oscura, sola y en silencio, durante más de dieciséis largos meses. La productora Dokumalia ha seguido de cerca esos 500 días y ha registrado su vida cotidiana a setenta metros bajo tierra.
¡Beatriz sale de la cueva y vuelve a ver la luz del sol después de 500 días!
— La 1 (@La1_tve) April 14, 2023
Su caso será objeto de estudio para evaluar el comportamiento tras tantos días sin contacto humano #LaHora14A
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Para llevar a cabo el experimento se ha seguido una metodología sencilla, en la que se ha creado un grupo de trabajo con los psicólogos e investigadores involucrados, con espeleólogos y entrenadores físicos, que han permanecido siempre conectados y al día sobre opiniones e hipótesis de todos en cada momento, y bajo la premisa de no interferir en el reto, tal y como lo planeó Beatriz. En estos meses, ella ha ido dejando las tarjetas que grababa en la zona de intercambio de la cueva programada con los espeleólogos, y la productora ha ido recogiendo su experiencia desde el principio hasta el final, ha indicado Mera.
Todo previsto para cualquier incidencia
El Grupo de Actividades Espeleológicas de Motril (GAEM) se encargó de preparar de forma previa la cavidad para que pudiera ser habitada durante 500 días y elaboró un plan de emergencias, que incluía el cerramiento de la cueva para evitar la caída de animales y prevenir la entrada de intrusos, y un amplio sendero hasta una explanada para hacer posible el aterrizaje de un helicóptero de evacuación en caso de emergencia. Durante el aislamiento, la principal función ha sido velar por la seguridad de Beatriz, controlando su estado de salud a través de los pasos por las cámaras de vigilancia y las tarjetas de vídeo y notas que han extraído de la sima.
Otra de las funciones ha sido suministrarle alimentos y agua, y retirar la basura a través de intercambios que se hacían en un punto intermedio de la cavidad donde no ha sido posible cruzarse ni mantener comunicación. En suma, han sido necesarias una tonelada y media de materiales y alimentos para esta experiencia, en la que se han consumido 1.000 litros de agua y en la que Beatriz ha leído 60 libros.
Dicho todo esto, según relata el libro Adios Tibet, adiós, de Iñaki Preciado, de la editorial Miraguano, en 1986, el lama tibetano (maestro espiritual) Namka Gyantsén se aisló 12 años a una gruta en la que, durante los últimos seis años, no ingirió alimentos cocinados.