Ester Quintana, que perdió un ojo presuntamente por una pelota de goma durante una manifestación de la huelga general del 14 de noviembre de 2012 en Barcelona, ha decidido no recurrir la sentencia que absuelve a los dos mossos acusados de ser los responsables de su lesión. Hoy ha hecho público un comunicado en la web de la plataforma 'Ojo con tú ojo' donde explica las dificultades para que el recurso pueda salir adelante.
"Una vez analizada la sentencia, entendemos que su estructura, junto con los estrictos requisitos de prosperabilidad del recurso de casación ante el Tribunal Supremo, hacen inviable recurrir, tal como manifestó el 3 de junio de este año la Fiscalía". El Ministerio Público también rechazó presentar un recurso ante las pocas probabilidad que prosperara. No hay pruebas concluyentes para asegurar quien disparó y qué disparó.
Quintana ha asegurado que ha hecho un gran esfuerzo por indagar y aclarar los hechos y la autoría de su mutilación, y que muchas de las peticiones de prueba le fueron negadas: "Audios que no existen, cámaras que tampoco grabaron, localizaciones de GPS de las furgonetas que no se registraban...". Afirma que los datos que se necesitan, los plazos en que llegan al juzgado y los medios técnicos -periciales- que se utilizan dependen siempre de la Conselleria d'Interior y que, en este caso, la gestión política que se hizo "ha tenido una incidencia negativa" en el procedimiento judicial.
"Valoro las disculpas que se me han dado sin embargo, las disculpas no reparan, no reconfortan, ni cambian la situación. Así que, sobre todo, espero que nunca más se afronte una denuncia negando la credibilidad de la víctima por encima de la autoafirmación institucional", dice Quintana en el comunicado, y reitera que durante el juicio no se aportó toda la documentación disponible.
Quintana ha subrayado que la autoría de los hechos era conocida pero no se demostró en el proceso judicial, hecho que "le provoca frustración, indignación y preocupación", y que Interior delegó en el proceso judicial la aclaración de los hechos, a pesar de poder indagar internamiento. "Han sido cuatro años de camino sin obtener respuestas ni acceder a la verdad", ha dicho, después de lamentar que el mensaje que se da a la ciudadanía es de desconfianza en las instituciones y la disuasión con vistas a seguir reclamando justicia por la vulneración de derechos provocada por los cuerpos policiales.
El caso queda cerrado definitivamente. Golpe de carpeta a un proceso que ha acabado con las pelotas de goma en Catalunya y con la credibilidad de una parte de los gestores de la Conselleria d'Interior, que una vez reconocida la sentencia han llegado a afirmar que el verdadero autor de los hechos se está escondiendo.