Se tendrá que esperar todavía un poco más. El Gobierno ha decidido finalmente aplazar un año la reforma de la selectividad, por lo que no habrá cambios en la prueba del 2024 y se posponen para los exámenes de 2025. El Ministerio de Educación y Formación Profesional, dirigido por Pilar Alegria, ha trasladado esta decisión a las comunidades autónomas, con las cuales se ha reunido de manera telemática este jueves. También el Ministerio de Universidades tiene previsto trasladar la decisión a las universidades esta misma mañana. El Ejecutivo ha tomado esta decisión porque está en funciones, a la espera de que haya un nuevo gobierno en activo. El ministerio ya paralizó el decreto una vez convocadas las elecciones generales, y ahora ha estudiado si tenía que aprobarlo teniendo en cuenta el actual escenario o dejarlo para el próximo gobierno.
El anuncio se ha hecho dos semanas antes del inicio del curso de los alumnos de 2.º de Bachillerato, que se tendrán que examinar a las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) de junio del 2024, a finales de este curso. Según el Ministerio de Educación, el aplazamiento se debe a los informes jurídicos solicitados por el Ministerio de Educación de Alegría que no avalan que un Gobierno en funciones pueda aprobar leyes o reales decretos, salvo que obedezcan a cuestiones de "extrema urgencia". La aprobación de la nueva selectividad se ha paralizado por "responsabilidad", porque el gobierno español, actualmente, está funciones y, afirmaron, "el Ejecutivo que salga de las urnas tendrá que ser el que tome las decisiones", han añadido las mismas fuentes.
La nueva selectividad "competencial"
Finalmente, pues, los cambios que se planteaban, como pasar de 90 minutos para hacer cada examen a 105 o que los alumnos pudieran escoger entre examinarse de Historia de España o de Historia de la Filosofía —la polémica 'prueba de madurez' se acabó descartando—, quedan a la espera y la Selectividad 2024 será exactamente igual a la de los últimos años. El cambio estudiado por el Ejecutivo también introducía exámenes más competenciales, con problemas menos teóricos y memorísticos y más basados en la vida real y en ejercicios de asociación de ideas y reflexión. Estas pruebas, que fueron ensayadas en marzo en medio centenar de institutos españoles, se irían implementando progresivamente, año tras año, hasta culminar el curso 2027-2028.
Currículum nuevo, pero examen tradicional
Los expertos, pero, auguran que retrasar el cambio de la selectividad llevará a una situación complicada y paradójica en las aulas. Por un lado, los docentes tienen que aplicar un nuevo currículum con contenidos, maneras de enseñar y de evaluar más competenciales, derivadas de la actual ley educativa, la LOMLOE de Isabel Celaá; pero por otro, el examen que tendrán que hacer en junio será de un modelo muy similar al de siempre.