Las reservas de agua de los pantanos catalanes se recuperan hasta el 30%, el nivel de hace 5 meses. Fue a finales de enero cuando los embalses cayeron por debajo de este porcentaje, pero los chaparrones de las últimas semanas han ayudado a mejorar ligeramente la situación de sequía. Quede claro que todavía no se puede cantar victoria: por una parte, los agricultores continúan con las movilizaciones para exigir ayudas; por otra, la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) ha recordado que "las lluvias tendrían que ser más continuadas y generales y menos esporádicas" para conseguir que los pantanos recuperen los niveles de hace un año.
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En cualquier caso, la mejora es clara en el pantano de Sau (Osona) —que se quedó al 6% después de trasvasar parte del agua al de Susqueda. Ahora, es el embalse más beneficiado por las lluvias y el que más ha crecido en los últimos días: ha llegado al 29,59% de su capacidad, aunque hace un año estaba al 55%. En el caso de Susqueda (la Selva), está hoy al 31,2% de la capacidad (la mitad que hace un año).
No se esperan lluvias importantes
A finales de mayo, el embalse de Baells (Berguedà) estaba al 26% y este miércoles ya se encuentra al 33,6% —aunque todavía está lejos del 52% de hace un año. El pantano de la Llosa del Cavall (Solsonès) ya está al 25,4% (dos puntos más que hace una semana), mientras que el de Sant Ponç (Solsonès) se sitúa en el 37%. Sí que hay que decir que tanto los pantanos de Foix (Alt Penedès) como los de Siurana (Priorat) no han visto a penas modificadas las reservas de agua, al 61,6% y al 6,7%. El de Riudecanyes (Baix Camp) a duras penas conserva el 7% del agua que puede embalsar, mientras que el de Darnius (Alt Empordà) está al 27,3% de su capacidad (lejos del 61% de hace un año).
Como decíamos, la ACA ha recordado que "las lluvias tendrían que ser más continuadas y generales y menos esporádicas" para conseguir que los pantanos recuperen los niveles de hace un año. Y es que la lluvia de estas semanas de junio no ha sido suficiente para remontar el estado de excepcionalidad de sequía. De hecho, no se esperan lluvias importantes en los siguientes días que puedan mantener la tendencia al alza del aumento de las reservas.
Restricciones por la excepcionalidad hídrica
Siguen en situación de excepcionalidad los sistemas del Ter-Llobregat, que provee en el área metropolitana de Barcelona; y el acuífero Fluvià-Muga, en Girona —además de las unidades de suministro de agua del embalse de Darnius Boadella, la cabecera del Ter, el Llobregat medio y Anoia-Gaià, la Serralada Transversal y Empordà y Prades Llaberia. Entre los municipios afectados destacan Vic (Osona), Berga (Berguedà), Figueres (Alt Empordà) y Olot (Garrotxa), que se suman a las grandes localidades del área metropolitana y a algunos municipios gerundenses que ya estaban en fase de excepcionalidad desde marzo —con una afectación global sobre unos seis millones de habitantes.
En el estado de excepcionalidad se reduce la dotación de riego agrícola un 40%, un 15% en usos industriales y entre el 15 y el 50% en recreativos. Queda prohibido el uso de agua para el riego de jardines y zonas verdes de carácter público o privado (excepto el riego de supervivencia de árboles o plantas, gota a gota o con regadera) y se prohíbe la limpieza de calles, alcantarillado, pavimentos, fachadas o edificios con agua potable. Asimismo, se establece una dotación máxima de 230 litros por habitante y día, una media en la cual se incluyen todos los tipos de consumos (doméstico, agrícola o industrial) pero que, en todo caso, está por encima del gasto habitual de un domicilio, de manera que a efectos prácticos no hay restricciones en el agua de boca.