El monumento franquista en medio del río Ebro en su paso por Tortosa podría estar completamente desmantelado a principios de agosto. Así lo prevé el Govern, que quiere iniciar el desmontaje el 18 de julio, el día que se cumplen 85 años del golpe de estado franquista.
En declaraciones a la ACN, la directora general de Memoria Democrática, Gemma Domènech, admite que la fecha tiene simbolismo, pero también asegura que es el momento con mejores condiciones pluviométricas. "El monumento representa una anomalía democrática y es un insulto a víctimas, a sus familiares y a todos los demócratas, y el 18 de julio es un buen día para poner remedio", afirma. Matiza, sin embargo, que tanto si se inicia unos días antes como después, la retirada tendrá la misma importancia.
El 2 de junio se hará el acto administrativo del inicio de las obras y al día siguiente empezará el estudio geotécnico para determinar el espacio donde se tiene que instalar la gran grúa que retirará el monumento por si hay que reforzar la playa fluvial. Un mes después se tiene que repetir el estudio geotécnico y, si todo va como está previsto, se empezarían los trabajos de pavimentación del espacio y la colocación de la grúa.
Se montará un andamio en torno al monumento y el 18 de julio se empezará a retirar. Unos quince días después, a inicios de agosto, la actuación tendría que haber finalizado y "el skyline' de Tortosa será absolutamente diferente", según Domènech.
Para la directora general de Memoria Democrática no tienen que haber excesivos problemas técnicos ni pluviométricos para tirar adelante los trabajos, ya que hace más de dos años que se está estudiando. Se encargó un estudio de viabilidad a un reconocido arquitecto de Tortosa, Antoni López Daufí, que junto con otros técnicos determinaron que la mejor manera de hacerlo era en esta época del año y utilizando un gran grúa. Domènech admite que en cualquier obra "siempre hay problemas", y más en "una cosa que no se ha hecho nunca", pero confía en que los diferentes profesionales sabrán encontrar soluciones a los inconvenientes que puedan surgir.
La oposición de los 'reinterpretacionistas'
Ante las acciones administrativas y judiciales impulsadas por entidades como el Colectivo por la Reinterpretación del Monumento de la Batalla del Ebro de Tortosa (Corembe) con el objetivo de detener la retirada, Domènech reafirma que todo se ha hecho según la legalidad. Cree que no prosperarán ni los recursos en contra de la modificación del planeamiento urbanístico municipal ni el contencioso-administrativo en contra de la adjudicación de las obras por parte del Govern. "El Departamento de Justicia tiene la voluntad de salir adelante, y ahora mismo no contemplamos que esto pueda cambiar", asegura.
De hecho, recuerda que la consellera de Justicia, Ester Capella, prometió hace muchos meses que el monumento se retiraría y no se ha hecho antes para dar los pasos bien dados y tenerlo todo bien ligado antes de decir el paso siguiente". "Hay dos asociaciones a favor del mantenimiento del monumento, que pensamos que es una ofensa a los demócratas, pero, además, hay una ley de memoria histórica que se está incumpliendo", afirma.
Una vez retirado el monolito, el Govern quiere señalizar la zona como espacio de memoria, explicando la lucha de asociaciones y ciudadanía de Tortosa para que esta anomalía democrática desapareciera y "empujando a las administraciones" a hacerlo posible. La Generalitat también está pensando en hacer una exposición temporal itinerante por todo Catalunya para explicar cómo se ha hecho posible la retirada. Más adelante habría un debate ciudadano para decidir "de qué manera se pone punto final a esta larga historia".