El papa Francisco recibió este domingo el alta después de casi 40 días ingresado en el Hospital Gemelli de Roma. Con la cara inflada y visiblemente debilitado, el pontífice reapareció desde la segunda planta del hospital para saludar a los fieles antes de emprender su retorno hacia su residencia de Santa Marta. El papa Francisco se atrevió a decir sus primeras palabras, con voz ronca y dificultades para respirar, agradeció el apoyo: “Gracias a todos” y se dirigió directamente a una fiel que se ha hecho popular en Italia porque ha sido todos los días en las puertas del hospital para rezar por el Papa. “Veo a esta señora con las flores amarillas. ¡Brava!”, añadió.
Después de esta aparición pública, el Papa abandonaba el centro, ya con cánulas nasales para el oxígeno. Con todo, antes de llegar a Santa Marta hizo una parada en la basílica de Santa María la Mayor para rezar ante la imagen de la Salus Populi Romani, un icono de la Virgen que ha visitado en cada ingreso hospitalario, en cada viaje o cuando el Pontificado se le ha complicado. Prácticamente, una hora después de recibir el alta, se adentraba en el Vaticano para empezar una temporada de recuperación y aislamiento, al menos durante las primeras semanas.

El aislamiento del papa Francisco
La Santa Sede habría activado un protocolo que garantice que el Papa se exponga lo mínimo posible a cualquier escenario que pueda poner en riesgo su salud, eso implica no hacer reuniones en grupo o salidas que supongan grandes esfuerzos y evitar el contacto con los colectivos que son más propensos a transmitir virus leves, como los niños. Según apunta La Razón, el Vaticano ha enviado una nota interna en la que se ha pedido a los cardenales, obispos, arzobispos y sacerdotes que trabajan en la Curia vaticana y viven en alguna de las cinco plantas de Santa Marta que no accedan al segundo piso, que estará reservado íntegramente por el Papa. “Queridos hermanos, para favorecer la rápida y completa recuperación del Santo Padre lo antes posible, se ruega a todos, sin excepción, no acceder al segundo piso del edificio A, que en este momento se encontrará en aislamiento”. Esta consigna es una excepción en los 12 años de pontificado de Francisco, ya que el Papa siempre ha tenido las puertas abiertas para todo el mundo.
Habitualmente, Francisco comparte el comedor para hacer el desayuno y la cena con el resto de residentes y con otros trabajadores. Este momento de esparcimiento y distracción también lo tendrá que evitar, y eso supondrá un cambio en su rutina habitual. Uno de los motivos por los que, en su llegada en 2013, Bergoglio se negó a vivir en el apartamento papal del palacio apostólico, como si hicieron a Juan Pablo II y Benedicto XVI, fue para poder convivir con el resto. No solo era un gesto de autoridad, sino que este espacio es más inaccesible para las visitas y reducirían considerablemente el contacto directo con otro tipo de personas más allá de su equipo directo. En Santa Marta, el Papa no tiene ni un apartamento propio, sino que su espacio más personal es una habitación con baño, una pequeña sala de estar y un despacho de trabajo. Todos los encuentros que el Papa efectuaba en este espacio, así como sus audiencias públicas, todavía están suspendidos.
Dos meses de recuperación
El papa Francisco, que ha recibido el alta después de 15 días fuera del “pronóstico reservado” tendrá que hacer al menos dos meses de recuperación, aunque es casi imposible pensar que después de este tiempo podrá recuperar su ritmo habitual: tiene unas 10 audiencias diarias, las generales y las especiales del Jubileo más las celebraciones semanales. Hay pocas esperanzas de que el pontífice pueda llevar a cabo las celebraciones de Pascua del 13 al 20 de abril. Entre las próximas visitas que constaban en su agenda está la del Rey Carlos y la reina Camila, que visitarán Italia del 7 al 10 de abril. El palacio de Buckingham ha mencionado una audiencia en el Vaticano con el Papa para el 8 de abril, pero la fecha se decidió antes de la hospitalización en la que ha estado en hasta dos ocasiones en riesgo de muerte.
Aunque ha abandonado el hospital, el equipo médico del Santo Padre ha señalado que “no está totalmente recuperado de la infección polimicrobiana”. Eso se debe al hecho de que “hay hongos que han reducido su acción, pero que requerirán mucho tiempo” para ser neutralizados. Por esta razón, el Pontífice tendrá que seguir con su terapia farmacológica, también en el Vaticano, todavía durante “mucho tiempo”. Así pues, tendrá que continuar con la fisioterapia respiratoria y motora, tal como ha hecho durante las últimas semanas en el hospital. Ahora, ya en Santa Marta, el Papa también tendrá oxígeno “cuando sea necesario”. Una de las cuestiones que más ha preocupado es la pérdida de voz del pontífice, pero Sergio Alfieri, del hospital Gemelli, aseguró que se trata de algo “normal” en un contexto en el que “los pulmones se han visto dañados” y donde “los músculos respiratorios han estado en dificultad” a lo largo de las últimas semanas. Según el doctor, Francisco “podría volver a tener la voz que tenía antes”. Los médicos han indicado el descanso absoluto para favorecer su recuperación.