El uso del teléfono móvil por parte de niños desde bien temprano en su vida tiene consecuencias que se van descubriendo poco a poco. En el programa de 30 minuts de TV3 sobre la adicción a las pantallas de las criaturas se expone que el uso del móvil por parte de niñas y niñas cuando comen desemboca en una pequeña pérdida de coeficiente intelectual, concretamente, se pueden llegar a perder cuatro puntos de coeficiente. Así lo expone el doctor en neurociencia Michel Desmugret.
No es la única consecuencia del abuso de las pantallas que se muestra en el programa. Se hacen eco de un estudio de la Universidad de Alberta, en Canadá. Se trata de un experimento en que se estudiaba la injerencia de las pantallas en las aulas. Por una parte, se pide a un grupo de alumnos que asistían a una clase a coger apuntes, otros a ir haciendo búsquedas de Google durante la misma clase. Después, los dos grupos hicieron un examen en que aquellos que habían estado concentrados tomando apuntes sacaron mucho mejor nota que el otro grupo.
Los que se les había pedido concentración exclusiva en la clase acertaron el 66% de las preguntas, mientras que sus otros compañeros solo el 55%. Es más, entre los que se habían concentrado en apuntes y no tenían ninguna distracción alrededor podían llegar a acertar el 73% de las preguntas.
¿Horas de pantallas, con bastante control parental?
Los niños y los jóvenes pasan cada vez más tiempo entre pantallas, como muestra el programa. Además, este tiempo, no siempre está supervisado como los padres o tutores pueden pensar. Cada vez proliferan más aplicaciones que permiten a los adolescentes y los niños saltarse este control parental.
Cuando se quiere controlar el contenido a que accede un adolescente o un niño, se recurre a los lugares más típicos: redes sociales, galería de fotografías, navegadores o videojuegos. Pero, en cambio, hay apps de las cuales los adultos no sospecharían nunca, como por ejemplo la calculadora, que es una de las más comunes.
Por el icono de la app, parece una calculadora, y cuando lo abrimos opera como tal. Sin embargo, no lo es. Se trata de una aplicación que sirve para generar "bóvedas secretas" donde se esconden servicios que estarían prohibidos por el control parental sin que este lo detecte. Por ejemplo, porque depende de qué imágenes no son detectadas y, en vez de guardarse en la galería del teléfono, se guardan en estas apps aparentemente no relacionadas con su contenido real. No solo se pueden guardar fotos para que no se puedan detectar; algunas de estas apps para saltar el control parental no solo ofrecen almacenaje, también abre la puerta a utilizar navegadores alternativos sin restricciones.