Más de una semana después del trágico paso de la DANA por el País Valencià, las calles y las viviendas de los municipios afectados por las inundaciones torrenciales están sufriendo una ingente acumulación de residuos orgánicos en descomposición que pueden provocar un problema de insalubridad que preocupa a las autoridades. A este motivo de preocupación se une también la imposibilidad de depurar las aguas residuales a causa de la afectación de las instalaciones de depuración. La Generalitat, según ha reconocido el secretario de Estado de Medio Ambiente del Gobierno, Hugo Morán, "computa más de cien instalaciones de depuración de aguas residuales de todos los tamaños afectadas. Hay estaciones de depuración literalmente sepultadas por uno, dos o tres metros de barro, absolutamente inutilizadas", asegura Morán, que este miércoles ha comparecido en el Congreso y ha alertado de que los colectores de las calles continúan anegados, y ha apuntado la necesidad de utilizar "sistemas alternativos" para evitar "problemas de salubridad".

"No hay sistemas de depuración y de saneamiento y no tenemos colectores, se están produciendo vertidos sin ningún tipo de tratamiento y nos lleva a tener que habilitar soluciones puntuales para evitar que se convierta en un problema sanitario a corto plazo", ha dicho Morán. El gobierno se plantea utilizar depuradoras portátiles ante la falta de instalaciones operativas de depuración, y ha reforzado la recogida de residuos con un servicio doble dirigido por Tragsa, tanto en domicilios como en establecimientos donde se acumulan los residuos que pueden provocar problemas de salubridad, como pescaderías, carnicerías o fruterías. Pero el secretario de Estado de Medio Ambiente, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, ha reconocido las dificultades para llegar a todas las zonas donde hay productos en descomposición "que generan un serio problema de salubridad".

Protocolo contra infecciones epidémicas

El grupo de trabajo formado por la Conselleria y el Ministerio de Sanidad han aprobado un protocolo de vigilancia epidemiológica para detectar a tiempo cualquier posible caso de infección con potencial epidémico, como de gastroenteritis, ictericia o neumonía. Los centros de salud se coordinan con los organismos sanitarios estatales, como el Centro Nacional de Epidemiología, para poder ofrecer una respuesta en el ámbito nacional, según ha asegurado la ministra del área, Mónica García. Sin embargo, se descarta una campaña de vacunación masiva. "En este momento no es necesaria una campaña de vacunación masiva, pero se ha reforzado la disponibilidad de vacunas, especialmente las que podrían ser necesarias: tétanos, difteria o hepatitis A", explicaba la ministra. García ha reconocido que la actividad de algunos centros de salud está alterada a raíz de las inundaciones, pero se han habilitado puntos extraordinarios y también se derivan a centros alternativos. La ministra también ha garantizado el suministro de medicamentos en farmacias, hospitales y servicios de urgencia.

¿Cuáles son las enfermedades con riesgo de infección?

La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), ha alertado de que en las cuatro próximas semanas puede surgir el riesgo de que aparezcan entre los afectados las primeras enfermedades infecciosas, que se pueden transmitir bien por el aire, los alimentos o el agua. SEMES recuerda que una vez superada la fase 1, después de los primeros cuatro días de una catástrofe natural de estas características, aparecen los riesgos por la reducción de la higiene, la falta de agua potable y del saneamiento, aunque en muchos casos pueden no ser evidentes hasta la llegada de la fase tres (después de cuatro semanas), que es el periodo en el cual pueden aparecer los síntomas en las personas que pueden haber contraído una enfermedad infecciosa.