La plataforma Acció Raval es una de las organizaciones vecinales que ha decidido no quedarse de brazos cruzados ante el afloramiento de narcopisos. Actualmente, la entidad tiene localizados 23 puntos de venta de droga activos y cinco más que no están confirmados en el barrio del Raval de Barcelona. La naturaleza efímera de estos emplazamientos obliga en la plataforma a actualizar constantemente el registro, que se puede consultar abiertamente en su cuenta de Twitter.
Los propios vecinos y comerciantes de la zona son los que dan la voz de alerta cuando detectan que puede haber nuevos narcopisos. "El perfil del consumidor de estupefacientes es fácil de reconocer", asegura Ángel Cordero, portavoz de Acció Raval. Una vez reciben el aviso vecinal, algún representante de la plataforma se reúne con los denunciantes y saca la nariz por los presuntos puntos de venta para confirmar el hallazgo.
La ruta
Este registro -que ha llegado a tener más de 60 narcopisos localizados- dibuja sobre el mapa una verdadera ruta temporal de la droga al Raval. Empezando el recorrido en la Ronda de Sant Antoni, nos adentramos en el corazón del barrio por uno de sus ejes vertebradores, la calle Joaquim Costa. Continuando el trayecto Raval abajo hasta la confluencia con la calle del Carme, podríamos llamar en la puerta de ocho narcopisos diferentes, situados a ambos lados de la vía.
A partir de este punto, la ruta se ramifica. El afluente principal avanza calle del Hospital dirección Poble Sec hasta la zona con mayor concentración de puntos de venta del barrio. Dentro del espacio delimitado por las plazas de Aureli Campmany, del dubte y Miquel Pallés hay localizados 10 narcopisos. A la misma altura pero al otro lado de la Rambla del Raval resiste otro punto negro entre las calles de Sant Rafael y d'En Robador.
La densidad de narcopisos de la ruta disminuye conforme nos acercamos al puerto. El último bastión de la droga conocido en el barrio se encuentra entre el monasterio de Sant Pau del Camp y el Museu Marítim de Barcelona, concretamente en la calle de l'Om, donde se emplazan hasta cuatro puntos de venta.