Un cura ha perdido el oremus por una boda gay en una ermita de Madrid, celebrada el sábado. "Un acto de exaltación sodomítica. Si sois católicos y os invitan a irreverencias similares, no seáis cómplices de un pecado mortal. Recemos por su conversión", ha manifestado el padre Juan Manuel Góngora, un sacerdote ultra almeriense y viral en las redes sociales. Es tan conservador que, sin ir más lejos, este fin de semana reaccionó así al encuentro entre Santiago Abascal y Donald Trump: "Donald Trump es el hombre que consiguió tumbar la agenda abortista en EE.UU. (...). Espero que Santiago Abascal tome nota y próximamente siga el ejemplo en España".

Poco después, el Arzobispado de Madrid ha reaccionado al tuit y ha afirmado que "en ningún caso está permitido hacer un matrimonio civil dentro de un recinto religioso", a la vez que ha asegurado que no fue informado ni consultado sobre la posibilidad de hacer la celebración "siendo un acto unilateral de la finca que tendrá efectos canónicos al respecto". La institución ha señalado que las ermitas familiares "solo pueden ser utilizadas para la finalidad que la Iglesia las concede". "No pueden ser lugar de celebraciones públicas religiosas excepto autorización expresa del obispado, tampoco pueden ser objeto de finalidades comerciales ni lugares de celebraciones civiles de ningún tipo", ha añadido. Finalmente, ha detallado que en su momento fueron concebidas solo para uso privado devocional de la familia propietaria de la ermita y "en ningún caso para ser ofrecidas como un servicio opcional lucrativo de una empresa dedicada a la organización de acontecimientos sociales".

Una diputada del PP, contra el cura ultra

El tuit del cura ultra no ha gustado a muchas personas, tanto progresistas como conservadoras. Un ejemplo es la diputada del PP Ester Muñoz, que ha respondido: "Yo rezo por usted, padre. Porque sé que su visión de La Verdad le impide ver el daño de su publicación". "Si el objetivo real fuera la conversión de sus almas, no primaría el pretendido escarnio y juicio público. Como católica siempre apoyaré a quien profesa amor a Dios, no a quien le utiliza para sembrar odio", ha concluido.

La noticia llega poco más de dos meses después de que el Vaticano aceptara la bendición de parejas homosexuales, sin que tenga nada que ver el matrimonio. La declaración "Fiducia Supplicans" pretendía poner orden a la cuestión de la bendición de parejas "irregulares": "Se puede entender la posibilidad de bendecir las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo sin convalidar oficialmente su estatus ni alterar de ninguna manera la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio".

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