Eduard Sallent, el comisario jefe de los Mossos, ha informado sobre cómo funcionó el dispositivo de ayer, jueves 8 de agosto, que se había organizado para garantizar la seguridad del pleno de investidura y también para la detención del president Carles Puigdemont en los alrededores del parque de la Ciutadella, en Barcelona. Lo ha dicho acompañado de sus máximos mandos de confianza, la comisaria Rosa Bosch y el comisario Ferran López, así como de otros mandos, como la comisaria Montserrat Estruch, jefa de la región de Barcelona. El comisario en jefe ha aceptado que se falló en uno de los objetivos, la detención de Puigdemont, pero ha advertido: "No fueron los Mossos quienes hicieron el ridículo".

El jefe del cuerpo, a la espera también de dar explicaciones al juez Pablo Llarena, que ha pedido conocer los detalles del operativo, ha asegurado que no es habitual que la policía ofrezca estas explicaciones, pero que han creído que era necesario poder explicarse para hacer entender qué pasó ayer y, sobre todo, por qué no se pudo detener a Carles Puigdemont, que tiene pendiente una orden de detención dictada por el mismo Llarena, desde 2017, por un delito de malversación relacionado con la organización del referéndum. El jefe del cuerpo ha asegurado que tenían sobre la mesa, y desde días antes, todos los escenarios, y que se intentó detener a Puigdemont, pero que el objetivo, en función de la policía judicial, no se pudo lograr.

Intentaron detener a Puigdemont pero fue imposible

Eduard Sallent ha explicado que los agentes de paisano de la Comisaría General de Información tuvieron imposible hacer la detención en la zona del Arc de Triomf cuando creyeron que Puigdemont no se dirigía hacia el Parlament, como habían pensado inicialmente. La idea inicial era esperar a Puigdemont en la entrada del Parlament, por la calle de Wellington, donde estaba todo preparado: los mandos que debían realizar la detención, los que lo tenían que supervisar y también el vehículo que debía servir para trasladar al detenido, el president Puigdemont, a la Ciutat de la Justícia, después de ser arrestado. El jefe del cuerpo ha explicado, tal como consta en el atestado de los Mossos, que Puigdemont hizo una salida rápida del escenario, se puso una gorra y subió al famoso coche Honda de color blanco, que es el que utilizó para "fugarse". Incluso, el mismo comisario jefe ha explicado que un muro de personas que rodeaba la zona del escenario dificultó la acción de los agentes de paisano para poder detenerlo, cuando se empezaba a sospechar que podía marcharse. Los agentes, después, a pie, lograron perseguir el vehículo, pero lo perdieron después de tres calles, sin posibilidad de detenerlo.

El comisario jefe ha insistido en que dará todas las explicaciones necesarias ante el juez Llarena, pero también ha pedido que otras personas, refiriéndose al presidente Josep Rull y al secretario general de Junts, Jordi Turull, también tendrán que dar explicaciones sobre su "papel de protección" para evitar la detención e intentar poner el foco sobre los Mossos d'Esquadra para, según él, cumplir el objetivo de detener el pleno de investidura. Sallent también ha mencionado a otros diputados y expresidentes que estaban presentes en el acto del Arc de Triomf y cómo rodearon a Puigdemont en su llegada.

El jefe del cuerpo, que se ha mostrado muy enfadado, con un tono que no es habitual en sus intervenciones públicas, ha defendido que los Mossos intentaron detener a Puigdemont y hacerlo de la mejor manera posible, pero que no se pudo hacer tal como se quería, asumiendo también autocrítica, y asegurando que se tendrá que revisar el dispositivo. "No cumplimos el objetivo", pero, asegura, "seguimos trabajando". Y ha insistido: "No fue como esperábamos, pero lo dimos todo". Los Mossos esperaban que Puigdemont asistiera al debate de investidura, ha aceptado Sallent. Y ha vuelto a insistir en que no había ningún pacto o acuerdo con el entorno de Puigdemont para la detención. "Confiábamos en las instituciones, pensábamos que cumpliría con sus obligaciones como diputado", ha asegurado, pero "lo que hizo ayer el president Puigdemont se pareció más a una actuación de Jimmy Jump", ha sentenciado el jefe del cuerpo.

 

Los Mossos todavía buscan a Puigdemont

La búsqueda todavía no ha terminado. El comisario jefe no descarta que Carles Puigdemont todavía esté en Catalunya, aunque el entorno del president asegure que ya está en Waterloo. "Yo no puedo dar crédito a la persona que lo acompañó", refiriéndose a las declaraciones de esta mañana en RAC1 de Jordi Turull, que daba por hecho que ya había cruzado la frontera en dirección a Bruselas. "Hasta que no tengamos la evidencia de que está fuera de la zona competencial de los Mossos d'Esquadra, lo seguiremos buscando para cumplir la orden de detención", ha asegurado el comisario jefe. Al mismo tiempo, Sallent también ha anunciado que la Comisaría General de Información —a quien también ha agradecido la labor de su jefe, el intendente Carles Hernández— mantiene abierta una investigación para aclarar esta fuga y el papel, no solo de Turull, sino también de otros agentes del cuerpo, además de los dos policías detenidos. Sallent, que ha insistido en negar cualquier tipo de negociación con Puigdemont y su entorno para pactar su detención, ha cargado también contra los dos Mossos d'Esquadra que han sido detenidos por ayudar al líder de Junts a volver a Barcelona y volver a huir, lo que considera "reprobable, inaceptable y uno afronta en el cuerpo": "No merecen vestir nuestro uniforme".

Sallent también ha asegurado que los Mossos no sabían que Puigdemont estaba en Catalunya desde el martes, como también ha dicho Turull. "Habríamos actuado, si lo hubiéramos sabido, sin duda".

"No somos policía patriótica"

Sallent ha acusado a Junts de querer utilizar a los Mossos d'Esquadra como coartada para sus objetivos políticos y suspender el debate de investidura de Salvador Illa. Al mismo tiempo, también ha asegurado que los Mossos d'Esquadra cumplirán siempre las órdenes judiciales, y por lo tanto, la misión era clara: detener a Carles Puigdemont, y sobre todo, después de verlo y confirmar con el juez Llarena que la orden de detención estaba vigente. Sallent, sin embargo, ha advertido que los Mossos nunca serán una policía patriótica. "De estas, ya hemos visto otras, pero los Mossos no lo son", ha asegurado, enfadado por los comentarios de las últimas horas "separando entre agentes de los Mossos buenos y agentes de los Mossos malos", ha asegurado. Y ha cerrado filas con todos los policías. "El ridículo no lo ha hecho el cuerpo de los Mossos d'Esquadra", y ha animado a la tropa a salir del desánimo. "Ahora es necesario que toda la familia de los Mossos reme en la misma dirección, no va de personas o de tacticismos", ha sentenciado, enviando un mensaje que se ha entendido del todo. "Crear el cuerpo de los Mossos d'Esquadra no iba de cambiar una policía por otra, iba de crear una nueva policía", ha dicho Sallent, parafraseando al exconseller de Interior Xavier Pomés.

Dos detenidos por el asalto a la Ciutadella

El jefe del cuerpo, en esta atípica rueda de prensa, ha explicado que un grupo de varias personas intentó asaltar el parque de la Ciutadella. Aunque el objetivo de los Mossos era aguantar todo lo posible para evitar "ser noticia", en un momento dado se tuvo que actuar para repeler los ataques, y se ordenó dispersar a los alborotadores con el uso de gas pimienta, que era la única herramienta policial que, por la situación de la masa frente a la línea de la Brigada Móvil, se podía usar para evitar lo que Sallent ha calificado de un asalto al parque de la Ciutadella. Se realizaron dos detenciones y se identificó y denunció penalmente a unas veinte personas, ha asegurado Eduard Sallent.