Sandro Rosell ha estado entrenando durante muchos meses para el día de su debut en el juicio de la Audiencia Nacional. Y se ha notado. 21 meses después de su detención y encarcelamiento, al expresidente azulgrana se le ha visto firme, indignado y seguro de sí mismo. Rosell, resfriado, no ha parado de toser, pero no se ha guardado nada. Ha denunciado una persecución constante desde que llegó a la presidencia del Barça, en el año 2010 y hasta hoy. "Han ido a por mí".
"Mezclan peras y manzanas"
La estrategia de Rosell pasaba por no dejar la pelota al rival, por eso se ha negado a responder las preguntas del fiscal, ostensiblemente molesto por el ataque-y-gol al que ha sido sometido. "El escrito de la Fiscalía es rocambolesco, surrealista y está lleno de falsedades", ha empezado denunciando Rosell, ya desde el minuto 1. Y ha intentado desmentirlas a partir de las preguntas con las que iba asistiéndole su abogado, Pau Molins.
Para contextualizar, el expresidente del FC Baarcelona ha querido exponer a la sala su currículum profesional, vinculado desde hace décadas a la representación y al marketing deportivo, una tarea que le llevó a vivir en Río de Janeiro, como representante de Nike en Latinoamérica.
Sobre la operación principal sobre la cual bascula la acusación de blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal, la intermediación en la compra-venta de los derechos televisivos para retransmitir los partidos de la selección brasileña, Rosell ha sentenciado que "no hubo comisiones, ni legales ni ilegales." Y ha desgranado los hechos. Ha explicado que desde el grupo árabe International Sport Events (ISE) contactaron con él porque "en Arabia Saudí iban locos por el fútbol" y querían explotar esa fiebre. La primera propuesta que les hizo, ha dicho Rosell, fue comprar los derechos de la Liga española, pero ya se habían vendido a Al Jazeera. Fue entonces cuando pensó en llamar a la puerta de la Confederación de Fútbol del Brasil (CBF).
Después de meses de negociación, en la cual él representaba a ISE, consiguió cerrar un acuerdo de 24 partidos amistosos a cambio de la astronómica cantidad de 1.150.000€. Con la operación cerrada, Rosell firmó un contrato con los árabes por el cual cobraría unos honorarios por la gestión de intermediación que se pagarían progresivamente a medida que se fueran jugando los partidos y que acabaría ascendiendo a 8,3M. Cuando presentó su candidatura para presidir el Barça, Rosell rescindió aquel contrato y por lo tanto, asegura que sólo acabó cobrando 5,8 millones por 14 partidos. Fue cobrando por transferencia bancaria a la cuenta de su empresa, en Andorra.
A partir de aquí, Rosell se ha quejado de que "la Fiscalía mezcla peras y manzanas", con operaciones que no tienen nada que ver con esta, para construir la acusación de blanqueo de capitales y demostrar que Rosell y el resto de acusados blanqueaban dinero para el expresidente de la CBF, Ricardo Teixeira. En este sentido, ha pedido al tribunal que se fijara en la relación de transferencias que aporta la acusación, a quien ha criticado que "no se han dignado ni a sumar y restar". "Es de locos", se ha exclamado, y ha invitado a los magistrados a coger la calculadora y hacer números.
"Han ido a por mí" (por haber sido presidente del Barça)
El expresidente del Barça ha ido incorporando a lo largo de más de dos horas de declaración alegatos contundentes. Uno de los más destacados, cuando ha denunciado sentirse víctima de una persecución. Asegura que cuando decidió optar a la presidencia del club azulgrana optó por declarar a Hacienda los beneficios de la cuenta de su empresa en Andorra y pagó todos los impuestos correspondientes.
Rosell ha subrayado que "hasta el año 2010 nunca había sido reclamado por ningún juzgado ni había tenido ni una sola inspección de Hacienda". En cambio, ha dicho, "desde que me convertí en presidente, he tenido tres denuncias por parte de la fiscalía y más de 50 inspecciones, cada año, de IRPF y patrimonio, no sólo a mí, sino a todo mi entorno".
La jueza abre la puerta a liberarle de la prisión provisional
La segunda sesión del juicio ha empezado con una "buena señal", según indican fuentes de la defensa. Y es que durante la resolución de las cuestiones previas, una de las cuales era la solicitud de liberación inmediata de Rosell y Besolí, la jueza ha dicho que lo estudiará y tomará una decisión una vez haya escuchado a los acusados, esta semana.
Hace 21 meses que dura la prisión preventiva, en tres expira el plazo máximo de privación preventiva de libertad que fija el código penal español. Y uno de los argumentos por los cuales se ha denegado la liberación hasta ahora era la necesidad de garantizar que los acusados estarían presentes en el juicio.
Por eso, durante su intervención final, Rosell se ha comprometido a "comparecer ante la justicia" siempre que se le llame, porque está convencido de su inocencia. Y ha ofrecido todo su patrimonio, 30 millones según él, como garantía.
El juicio se alargará hasta finales de marzo. De momento, este martes la pelota la ha tenido Rosell, pero la Fiscalía espera su momento para atacar.