La situación volcánica en La Palma ha cambiado radicalmente, después de dos meses de terremotos, explosiones y mantos de ceniza volcánica por la isla ahora impera el silencio. La señal de tremor volcánico, que delata el movimiento de magma bajo el subsuelo, ya hace más de 24 horas que está desaparecido a La Palma, cosa que pasa por primera vez desde que empezó la erupción, el 19 de septiembre pasado.
Anteriormente, el tremor volcánico había parado en momentos esporádicos y puntuales, pero nunca tantas horas. Es por eso, que el comité científico que vigila esta emergencia están estudiando la posibilidad de que empiece el fin de la erupción esté en lo tocante a la puerta. Hay otros indicadores que podrían dar apoyo a esta hipótesis como el hecho de que ha dejado de expulsar lava y la sismicidad también ha caído. Sin embargo, han aclarado que "no se puede descartar un nuevo repunte de actividad estromboliana y de emisión de coladas".
A pesar de la esperanzadora posibilidad de que esta erupción se acabe, las autoridades han gritado a la prudencia. Que el fin pueda estar cerca no hace más seguro aquel territorio. Las autoridades canarias han recordado que la emergencia no finaliza cuando el volcán deje de emitir lava y se incide que hay que mantener todas las medidas de protección civil para seguir garantizando la integridad física de las personas.
Los ojos puestos en la reconstrucción
Todavía sin saber cuándo acabará la erupción de Cumbre Vieja, el Parlamento canario trabaja en los planes de reconstrucción. Todos los grupos parlamentarios aprobaron el martes la creación de una comisión de estudio sobre los efectos de la crisis volcánica en La Palma y la reconstrucción en la isla, después de tres meses de erupción continuada en Cumbre Vieja.
Se trata de una proposición que inició la Mesa del Parlamento y sobre la cual todos los partidos se han mostrado a favor, en especial con respecto al llamamiento a actuar de forma unida y coordinada. El presidente del Parlamento de las Canarias, Gustavo Matos, intervino antes de la votación para valorar la puesta en marcha de esta herramienta y agradecer en todos los grupos el apoyo "unánime y sin fisuras" a la propuesta de la Mesa.
La reconstrucción no será fácil. Después de tantos días escupiendo lava, la zona afectada ha ido creciendo sin descanso. El resultado: dos nuevos deltas volcánicos y centenares de hectáreas cubiertas de un manto espeso de lava, el cual hace muchos metros de grosor. Se espera que una vez el volcán deje de sacar lava, el territorio afectado tardará años e, incluso, décadas al volver a estar cultivado o reconstruido. El tiempo para recuperar aquellas zonas dependerá justamente los metros de lava que la cubran, cuanto más, más años de espera y, desgraciadamente, hay muchas zonas que acumulan metros y metros de lava.