En los dos primeros meses del año han llegado a Catalunya un total de 664 menores migrados no acompañados —en concreto, 364 en enero y 300 en febrero—, una cifra que "ha superado las expectativas", textualmente, del Departament de Drets Socials de la Generalitat y que hace pensar las autoridades catalanas encargadas de gestionar la llegada que este 2024 se podrían superar el récord que por ahora ostenta el 2018, cuando llegaron a Catalunya 3.709. "Nuestra hipótesis es que llegaremos a niveles del año 2018 o más, aproximadamente unos 4.000", apuntan a El Nacional fuentes del Departament que actualmente dirige al conseller Carles Campuzano. Para dar respuesta a esta ola migratoria protagonizada por menores, el Govern ha abierto y ampliado una decena de puntos de acogida por todo el territorio. La mayoría han sido acogidos en Girona (133), en Lleida (126) y las comarcas de Barcelona (114). A su vez, las autoridades catalanas reprochan al Estado, responsable de los flujos internos, una falta de transparencia informativa que no permite una planificación previa para gestionar las llegadas. Además, las citadas fuentes de Drets Socials alertan de que hay una cierta oposición de algunos ayuntamientos —no especifican qué localidades— a abrir centros de acogida.
Aunque admiten que un centro de acogida "tiene un impacto en el entorno", las autoridades en la materia celebran que hay también muchos otros municipios, empresas, vecinos y entidades sociales que "son conscientes del reto de la inclusión" y del deber moral de "garantizarlos los derechos" a estos menores. Con todo, los servicios de acogida que mejor funcionan y permiten una inclusión de los menores extranjeros recién llegados son los pisos, en los cuales conviven entre otros jóvenes de forma tutelada. En este sentido, el Departament lamenta que actualmente "es complicado" abrir tanto centros como pisos, pero aseguran que cada semana se habilitan de nuevos "de forma silente y efectiva". En estos pisos los menores tienen un servicio de acompañamiento que, según valoran las fuentes de Drets Socials, da un muy buen resultado de cara la inclusión de estos menores y su transición hacia una vida adulta autónoma. ¿El objetivo? Que estos niños y niñas, una vez salgan de estos centros con 21 años, se conviertan en ciudadanos de pleno derecho y lleguen a la vida adulta siendo una más de nuestra sociedad.
"Entendemos perfectamente que Canarias no se los puede quedar todos"
El país de origen de los jóvenes migrados solo que han llegado a Catalunya estos dos primeros meses del año son bien variados, pero mayoritariamente de varios puntos del continente africano: 367 son de países subsaharianos, 229 de Marruecos, 49 son de otros países del Magreb excluyendo Marruecos y, finalmente, 17 son de otros países minoritarios. Buena parte de esta nueva ola migratoria de menores extranjeros no acompañados proviene de Canarias, que hace meses que recibe un flujo continuo y masivo de personas demandantes de asilo y que durante el 2023 ha llegado a fregar las 40.000 llegadas por vía marítima, con pateras y cayucos. En este sentido, las citadas fuentes de Drets Socials se muestran comprensivos con la situación crítica en Canarias y extienden la mano: "Entendemos perfectamente que Canarias no se los puede quedar todos y Catalunya, como siempre ha hecho, es tierra de acogida".
El Govern reclama al Estado más recursos y menos opacidad
Con todo, las autoridades catalanas cuestionan que esté habiendo un "reparto solidario" en el cual todo el mundo "ponga su parte para acogerlos" y reclaman "compartir el esfuerzo que está haciendo Catalunya". "El Estado español es responsable del grosor de las relaciones institucionales, quien conoce los flujos migratorios internos, quien tiene capacidad económica para acompañar los territorios de acogida como Catalunya y facilitar la tarea que estamos haciendo. El Estado español tiene que poder compartir información, recursos y responsabilidad, y hoy por hoy no lo hace o no lo hace lo suficiente", lamentan desde Drets Socials. Unas demandas que el Departament catalán ha trasladado a los ministros competentes en las diversas reuniones que han mantenido. Sobre todo, las autoridades catalanas reclaman información previa de los flujos que gestiona el Estado para poder planificar y preparar el protocolo de acogida en cada caso.
A su vez, alertan: "El apoyo financiero del Estado tiene que ser proporcional al esfuerzo de acogida que se haga, se debe considerar dónde viven los chichos y cuántas noches pasan en los sistemas de protección". En este sentido, el Departament lamenta que la administración del Estado no ha enviado suficientes recursos económicos o, al menos, los que verían necesarios de acuerdo con volumen de menores acogidos: "Si para 33 jóvenes transfirieron 2 millones de euros, se tendrían que transferir unos 120 millones por los que llegaron el año pasado, y no lo han hecho", aseguran. Esta es una reivindicación que el conseller Campuzano ya había hecho personalmente con anterioridad: este mismo enero el titular de Drets Socials reclamó a la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, que el Estado se "corresponsabilice" de la acogida con un fondo estatal para ayudar a las comunidades, al considerar que esta llegada continúa de menores solos es ya "estructural".
Protocolo de atención inmediata y programas de inserción social
El plan de actuación catalán que regula la acogida de menores migrados solos lo presentó en el 2019 precisamente el Departament de Drets Socials, un documento consultable en la web de la Generalitat que establece medidas como la creación de un centro de atención inmediata para dar una primera atención a los menores por parte de trabajadores sociales y educativos y para identificarlos, de forma que se evitan pasar por dependencias policiales y judiciales. A su vez, el protocolo también ordena entregar un documento a los niños y jóvenes con información sobre sus derechos y sus deberes. Después de este primer contacto, el plan catalán también establece programas de formación y de inserción laboral en los municipios que los acogen y un servicio de acompañamiento para cuando estos menores cumplen la edad de dejar los pisos tutelados.
En total hay 6512 jóvenes y niños que han llegado solos a Catalunya
En suma, de acuerdo con los últimos datos actualizados que aporta el Departament de Drets Socials, fecha de febrero de 2024, en Catalunya hay 6512 menores migrados no acompañados. El 56,4% de los mismos se encuentran en centros residenciales y el 42% están acogidos por la Direcció General d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (DGAIA). Del total, 2447 son niños tutelados y 4065 se encuentran en régimen de prórroga asistencial, después de haber cumplido los 18 años y hasta los 21. De hecho, el 62,6% de los jóvenes acogidos tienen 18 años o más, mientras que los menores de 16 son una minoría. La mayoría de los cuales, el 51,5%, provienen de Marruecos, mientras que el 35,6% son de países del África negra y un 6,2% son otros países del Magreb. En cuanto al sexo, el 96,2% son chicos y tan solo el 3,1% son chicas.
El reparto de estos menores es lo bastante equitativo, de acuerdo con las posibilidades de cada municipio y la postura de sus consistorios. Del total de menores migrados no acompañados que hay en Catalunya, 261 están en el Área Metropolitana de Barcelona, 211 en Barcelona ciudad, 1219 a lo largo de las comarcas de la provincia de Barcelona, 677 en Girona, 553 en Lleida, 627 en Tarragona, y 481 en las Tierras del Ebro. En cuanto a los que han llegado estos dos primeros meses de 2024, el reparto de la acogida ha sido el siguiente: 133 en Girona, 126 en Lleida, 114 en las comarcas de Barcelona, 57 en la AMB, 49 en Tarragona, 44 en las Terres de l'Ebre y 39 en Barcelona ciudad. La totalidad de jóvenes llegados, en este caso, sí que son menores de edad: todos tienen 17 años o menos.