El sector hotelero se prepara para la abertura de fronteras este 21 de junio. Sin embargo, muchos establecimientos se muestran prudentes ante la falta de demanda y esperarán al 1 de julio para volver a la actividad. Según la Federación Intercomarcal de Hostelería, Restauración y Turismo (FIHRT), en torno al 90% de los negocios vinculados a la agrupación todavía están cerrados, y su gerente, Daniel Brasé, cree que el verano será "extremadamente difícil". Por otra parte, los comerciantes y restauradores sufren por un mes de agosto sin visitantes extranjeros ni público local. "No creo que tengamos turistas y, si la gente de Barcelona se marcha de vacaciones, nos quedemos sin nadie", lamenta la gerente de la papelería Resma, Núria Raja, en declaraciones en la ACN.
La dependencia del turismo en algunos establecimientos está dificultando la recuperación de la actividad. Uno de los ejemplos es el Cotton House, situado en el centro de Barcelona y con un perfil de cliente internacional, básicamente estadounidense. Aunque los hoteles podían volver a la actividad con la entrada a la fase 1, este establecimiento ha esperado al 1 de julio para volver a abrir las puertas. "No hemos podido abrir antes porque las fronteras europeas estaban cerradas", ha reconocido la directora del hotel, Natalia de la Fuente.
Una gran parte de la clientela del hotel es extranjera, sobre todo procedente de los Estados Unidos o Asia. Este verano, en cambio, prevén tener básicamente visitantes europeos. De cara a la primera semana de julio, han empezado a tener las primeras reservas, a un ritmo de cinco al día sobre un total de 82 habitaciones. Básicamente se trata de turistas procedentes de países como Bélgica o Suiza.
"Estos meses tendremos poca demanda, pero confiamos en que a partir de septiembre y octubre la actividad pueda recuperarse", ha manifestado de la Fuente. La directora del Cotton House confía básicamente en el visitante de negocios, que podría volver a impulsar la actividad a finales de año.
Por su parte, el restaurante del Cotton House ha sustituido al cliente americano por el público local de Barcelona y ha celebrado los primeros días desde la apertura con sensaciones "sorprendentemente buenas". El F&B manager del hotel, Quirze Codina, prevé tener un "buen" final del mes de junio y un "buen" mes de julio. "La misma estacionalidad de Barcelona hará disminuir la actividad en agosto y, a partir de aquí, todo será una sorpresa", ha reconocido.
Datos que no invitan al optimismo
Según datos facilitados por la Federación Intercomarcal de Hostelería, Restauración y Turismo (FIHRT), tan sólo un 10% de los establecimientos han decidido abrir las puertas a raíz de la apertura de fronteras. Brasé apunta que una buena parte reanudará la actividad a partir del 1 de julio, aunque la experiencia de estos últimos días no lo invita a ser demasiado optimista. "Durante los fines de semana, la ocupación a duras penas llega al 40%, mientras que el resto de días no pasa del 10%", asegura. De hecho, Brasé comenta que los únicos alojamientos que han decidido abrir estos días han sido aquellos que ya tienen una clientela casi fija o los que se dedicaban a ofrecer apoyo a los sanitarios.
Sus declaraciones van en línea con lo que comentó este viernes el presidente de Turismo de Barcelona, Eduard Torres, que apuntó que el sector turístico ahora tan sólo está centrado al "aguantar el golpe". En una entrevista en Rac1, el directivo recordó que muchos de los establecimientos que abren lo hacen asumiendo pérdidas para intentar dar "una imagen de normalidad" y pronosticó que sólo el 30% de la planta hotelera de Barcelona llegará a abrir.
De la misma forma se expresa el presidente de la Asociación de Apartamento Turísticos (Apartur), Enrique, Alcántara, quien explica que el 40% de los apartamentos que hasta ahora iban destinados al turismo han pasado al alquiler tradicional. Para Alcántara, la crisis del coronavirus ha supuesto un golpe "extremadamente duro" por el sector y apunta que los meses de julio y agosto no conseguirán salvar los muebles de la temporada. Brasé, por su parte, ya vaticina que el verano del 2021 también será difícil por la hostelería. Por otra parte, el presidente de Apartur destaca que la incertidumbre todavía es muy alta y pide a la administración que al menos permita alargar los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). "La preocupación más importante es como salvamos los 5.000 puestos de trabajo vinculados a los apartamentos turísticos", dice.
El comercio tampoco se salva
Las últimas medidas propuestas por la Generalitat –dejar de poner límites en el interior de los espacios cerrados siempre que se pudiera respetar una distancia de 2,5 metros cuadrados- han estado bien recibidas por asociaciones como Comertia o Barcelona Comerç. A pesar de todo, el descenso que se entrevé con respecto a la llegada de turistas no pasa desapercibido. Según la gerente de la papelería Resma, Núria Raja, la falta de visitantes ha dejado desamparadas en las tiendas de la zona, que reclaman la implicación de las administraciones para evitar el cierre de los comercios. Raja ha pedido moratorias en los alquiler y alargar los ERTE. "La facturación está siendo muy baja, con riesgo que muchas tiendas cierren", ha advertido.
Con el fin de atraer a más clientes e intentar salvar la temporada, varias entidades han impulsado iniciativas que garanticen la seguridad de los compradores. Es el caso de la Asociación Paseo de Gracia, que ha creado un decálogo de medidas sanitarias adaptado en los diferentes comercios con la colaboración del jefe de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínico, el doctor Antoni Trilla. Todos los espacios que cumplan este decálogo –incluye medidas de limpieza, desinfección de las prendas de ropa probadas o control del aforo- lucirán la insignia 'Covid Free' en diferentes puntos del local. Según el presidente de la asociación, Lluís Sans, "la seguridad sanitaria se ha convertido en uno de los criterios que más marcarán la elección de los lugares donde comprar, por eso se destinan esfuerzos a implantar protocolos internos y cumplir con los más altos estándares de seguridad".