Barcelona hacia el sur. Y entregarlo a los servicios secretos de Argelia. Ese era el plan que tenían los hombres que, encapuchados, hace dos semanas secuestraron al periodista argelino Hichem Aboud en la zona alta de Barcelona. El hombre, que lleva años viviendo exiliado en Francia y es buscado por las autoridades de su país por su crítica al gobierno argelino y la publicación de libros y artículos contra la mafia del régimen y el sistema militar, llegó a Barcelona y se dirigió a una dirección en la calle de Raset, donde fue interceptado e introducido en un vehículo que inició la huida hacia el sur. Según él y su abogado, los secuestradores, entre los que había un hombre senegalés y un hombre marroquí, tenían como objetivo entregar al periodista con vida en Argelia.
Objetivo: entregarlo vivo en Argelia
Hace años que Aboud está en busca y captura por este país, con varias órdenes internacionales que la mayoría de países no aceptan, lo que le permite moverse libremente por Europa. La suerte, sin embargo, habría cambiado si los secuestradores hubieran conseguido su objetivo y atravesado el estrecho y el mar de Alborán. Los Mossos d’Esquadra pudieron saber que se trataba de un objetivo argelino cuando recuperaron el móvil del hombre en la calle de la Bonanova. Con el aviso de un posible secuestro y la identidad de la víctima, se activaron los protocolos de alerta a otros cuerpos policiales, al saber que el vehículo se había dirigido hacia el sur, siendo visto en la zona del Baix Penedès por la AP-7. Los Mossos también sospechaban que el Range Rover se dirigía hacia el sur tras una identificación de personas sospechosas en la zona, con antecedentes en el sur de la Península.
Durante la huida se detuvieron varias veces para poner gasolina, pero la ruta fue rápida. En un principio, Hichem Aboud estaba atado de manos y pies y con la boca tapada, pero cuando se encontraron con retenciones, le retiraron las sujeciones y le amenazaron diciéndole que, si los detenían en un control, debía decir que era amigo suyo. En un punto que no puede determinar, incluso cambiaron de coche, sabiendo que la policía podía tener la matrícula del vehículo utilizado para huir de Barcelona. En 24 horas, ya se encontraban en Lebrija, en la provincia de Sevilla, y el objetivo era embarcar al hombre en un barco para llegar a aguas internacionales y, desde allí, llevarlo a Argelia.
Liberado en Sevilla
El mal estado del mar retrasó la operación, y los secuestradores querían hacer el primer tramo con una narcolancha. Por azar -según la versión oficial- o con la colaboración de servicios secretos de otros países del norte de África, la Guardia Civil interceptó la embarcación y pudo liberar al hombre. Lo encontraron atado de manos y pies, y fue él mismo quien explicó quién era, pidiendo a los agentes que buscaran su nombre en internet, con lo cual la historia encajó con la información que la policía catalana había compartido con el resto de policías del Estado. Fuera de peligro, el hombre fue trasladado a un centro médico, donde, después de hacerle pruebas, recibió el alta y declaró ante los investigadores de la Guardia Civil. Estos pudieron detener a dos de los implicados en el secuestro, que coincidirían con los que fueron vistos en Barcelona según los testigos del secuestro. Aboud volvió a París, donde tiene su residencia.
Lejos de rebajar su tono, el periodista asegura que continuará luchando contra la corrupción que, según él, está instalada en su país. Reconoce que seguirá siendo objetivo de los servicios secretos argelinos y que estos lo volverán a intentar. Hace años que ya intentaron capturarlo, y las autoridades francesas lo investigan. Asegura que no tiene miedo de que lo maten en Francia o en alguno de sus viajes, ya que cree que los servicios secretos lo quieren vivo para entregarlo al gobierno de Argelia, pues muerto no tiene ningún valor. Además, ha denunciado, además del intento de detención ilegal -que es como se tipifica concretamente el delito, ya que nadie pidió recompensa o pago para dejarlo en libertad-, que sus portales web, donde publica varios artículos sobre la corrupción del gobierno de su país y de la cúpula militar, son atacados. Hichem Aboud vive en París desde que escapó de Argelia tras desertar de los servicios secretos de su país, donde había servido.