Si se habla de viajes entre países miembros de la Unión Europea, seguramente Bulgaria no es el destino que viene primero a la cabeza. ¿Ahora bien, qué connotaciones tiene la palabra "Bulgaria" en tu cerebro cuando la lees? ¿Qué te imaginas? Precisamente, la ausencia de imágenes es un buen motivo para dejarse caerse y pasear por Sofía, Plovdiv –la ciudad habitada más antigua de Europa– o la ciudad costera Varna. Y para que no sea lo único, hay más razones que pueden hacerte picar la curiosidad y optar por este destino "diferente". Para empezar, está bien recordar que Bulgaria es uno de los países europeos más antiguos del mundo –establecido el año 681 d.C.– y desde entonces, no ha cambiado de nombre.
1. Una escapada poco habitual
Bulgaria es menos visitada que otros países de la UE y también menos que la vecina Turquía o Rumania. El país todavía no ha estado del todo afectado por el turismo de masas, la población es acogedora y tranquila, y aunque posiblemente el idioma pueda hacer tirar atrás, la predisposición es buena. Perderse en autobús por las carreteras también es una aventura –y una buena manera de descubrir ciudades como Plovdiv o Varna–.
2. Un paraíso natural
Bulgaria tiene uno de los entornos naturales más increíbles del Este de Europa, según el portal Evaneos. El número de parques naturales del país confirman el dato: Parque Nacional de Pirin, Rila o Strandja.
3. Tradiciones y cultura
Pasear por los mercados es una de las cosas más auténticas que se pueden hacer. Sea el de alimentación o el de cosas curiosas, libros de segunda mano u objetos de la guerra. Incluso, aceite de rosas. El país produce hasta el 85% de aceite de rosas del mundo. Así, es frecuente encontrar en forma de perfume o jabones.
4. Historia
La historia ocupa un papel destacado en Bulgaria. Aunque no es una destinación turística de masas ocupa el tercer lugar en Europa en cantidad de importantes monumentos históricos. Y justo eso, hace estar muy orgullosos a los búlgaros de su herencia. Este es uno de los motivos por los cuales las tradiciones pasan de generación en generación, constata el portal de viajes Aventure Alternative.
Además, como exmiembro del bloque del Este, Bulgaria conserva edificios de estilo comunista
5. Comida saludable
Hay muchas cosas para ver, pero también para comer. Las típicas albóndigas búlgaras –kyufte– son casi una obligación, según Aventure Alternative. El pescado fresco también es muy típico de los pueblos y ciudades de costa. Y también el gyuvech, un guiso de verduras picantes y panes como el pogacha o kravai.
6. Salas de conciertos escondidas bajo tierra
La vida nocturna del país es bastante activa. Sea en la capital –Sofía– Veliko Tarnovo, o en las ciudades de costa como Varna se pueden encontrar numerosos bares, salas de conciertos escondidas en subterráneos o clubs nocturnos, según detalla también Evaneos.