La semana negra de Rodalies ha acabado con imágenes surrealistas, como las del desalojo de unas 900 personas atrapadas en un tren parado —que han sido ampliamente difundidas en las redes sociales—. Todo empezó el lunes, cuando la falta de tensión en las catenarias obligó a cortar la circulación en la entrada de la estación de Sant Vicenç de Calders llegando por Cunit... cuando solo habían pasado dos horas desde la reanudación del servicio después de casi medio año de obras en el túnel de Roda de Berà. Desde entonces, problemas y más problemas todos los días. Y este viernes no ha sido diferente, con una avería en el suministro eléctrico entre Bellvitge y El Prat de Llobregat, que ha obligado a los pasajeros a saltar a la vía después de más de una hora cerrados en el convoy, lo que ha provocado una nueva jornada de caos en las líneas Barcelona-Tarragona.

En definitiva, una semana marcada por los problemas constantes... y un largo silencio del ministro de Transportes, Óscar Puente. Sobre el desbarajuste de estos primeros días de marzo, ha hablado la consellera Territori, Sílvia Paneque; el president de la Generalitat, Salvador Illa —duramente criticado por el líder de Junts, Carles Puigdemont—, y también el director de Rodalies, Antonio Carmona. Pero ni una palabra de Puente ninguno de los cinco días, como mínimo hasta este viernes por la tarde. Solo el lunes, a las seis de la tarde, hizo un tuit para celebrar que "Roda de Barà ya en funcionamiento". Ni es Roda de Barà (es Roda de Berà) ni estaba del todo en funcionamiento, ya que a aquella hora ya se habían producido los primeros problemas. Tanto Junts como ERC han registrado peticiones de comparecencia en el Congreso de los Diputados y en el Senado para que el ministro de Transportes dé explicaciones sobre el caos, aunque Puente ha negado a menudo que el Gobierno haya abandonado Rodalies.

900 personas atrapadas en un tren

Este viernes por la tarde todavía se espera que vuelva la normalidad al servicio. Según la última información de Rodalies, a las dos del mediodía, los trenes circulaban fuera de su horario, con demoras que podían superar los 30 minutos. Los problemas han empezado por la mañana, cuando una avería eléctrica en la estación de Bellvitge-Gornal (en L'Hospitalet de Llobregat) ha dejado un tren atrapado en la vía afectada y ha obligado al resto de convoyes a circular por una sola vía hasta Gavà (Baix Llobregat). Había 900 pasajeros dentro, que han permanecido una hora, hasta que la circulación se ha cortado del todo para evacuarlos. Algunos de los usuarios han relatado momentos de angustia, ya que había personas a las que les faltaba el aire y otras que han abierto las puertas para ponerse a caminar por la vía, a pesar del riesgo que eso comporta. ¿El resultado? Imágenes surrealistas de colas de gente caminando para poder llegar a la estación, a 800 metros.

Como ya hemos dicho, la situación ha derivado en el colapso de las líneas Barcelona-Tarragona. Primero, con la circulación por una sola vía; después, la circulación se ha llegado a interrumpir entre la estación de Sants y El Prat de Llobregat para poder evacuar con seguridad a los viajeros atrapados. Los convoyes de las líneas R2 Sur y R2 Norte han reanudado el paso circulando por vía única, después de una incidencia que también ha provocado retrasos que podían superar la hora en las líneas R14, R15, R16 y R17. En el caso de la R11, las demoras han podido superar los 30 minutos. Además, la incidencia de la catenaria cerca de Bellvitge-Gornal ha provocado afectaciones puntuales en la R4 y en la R8. La situación ha desencadenado la indignación ciudadana, así como una tormenta política —mientras se discute el traspaso de Rodalies y los trabajadores tanto de Renfe como de Adif quieren hacer huelga.

Determinar las causas de la incidencia

Respecto a la incidencia, los periodistas han preguntado al director de Rodalies si ha sido un boicot y él ha respondido que se trata de una incidencia técnica "cuyas causas hay que determinar". Es decir, que se analizarán los hechos "y se podrá determinar por qué ha pasado o ha dejado de pasar". En cualquier caso, ha reconocido "la falta de inversión muy importante" en Catalunya entre 2012 y 2018.

El resumen es que ha sido una semana desastrosa en el servicio. Después de los mencionados problemas del lunes, el martes también hubo problemas: al mediodía, circulación interrumpida entre Sant Vicenç de Calders y Cunit por "una falta de tensión en la catenaria"; por la tarde, una nueva "incidencia" en las instalaciones entre Torredembarra y Sant Vicenç de Calders. El miércoles, más de lo mismo: por la mañana, una avería afectó a los sistemas de señalización de Torredembarra; por la tarde, una "incidencia en la infraestructura". Retrasos, retrasos y más retrasos, que también continuaron el jueves: "congestión ferroviaria" sin megafonía ni pantallas. Y, este viernes, el colofón, mientras los usuarios sufren por si durante el fin de semana o el lunes que viene, cuando vuelvan a trabajar, la situación será igual o más caótica.