A nadie se le escapa que este año, en Catalunya, ha llovido muy poco. Tuvimos un mes de marzo lluvioso y este agosto hemos recibido con alegría el agua que ha caído del cielo. Pero ha llovido muy poco. Y esta falta de lluvias tiene, como principal consecuencia, una sequía importante y que se agrava día tras día. Ahora mismo, las reservas de los embalses se encuentran en solo un 40% de su capacidad total, una cifra baja y que va variando según los diferentes puntos del territorio. Por ejemplo, el pantano de Susqueda está por encima de la media, con un 45%, pero la realidad de otros es mucho peor. El de Siurana presenta una situación muy crítica, a solo un 10% de su capacidad; algo que empeora en el caso del pantano de Rialb, que se encuentra en las cifras más bajas de su historia: solamente un 8%, cuando es el segundo con más capacidad de todo el país.

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Embalse de la Llosa del Cavall / ACN - La Sequera del 22

Estos datos tan bajos todavía impactan más cuando los comparamos con las reservas que nos encontrábamos hace un año. Por ejemplo, el pantano de Susqueda superaba el 85% de su capacidad, o los de la Baells y la Llosa del Cavall, que ahora no llegan al 40% y hace tan solo un año estaban en torno al 80%. El caso de Rialb, que es uno de los que más preocupación genera, en agosto del 2021 todavía superaba el 50%.

Emergen pueblos desaparecidos por la sequía

La complicada situación de Rialb se ve perfectamente reflejada en las de imágenes del perfil La Sequera del 22 en que se puede ver este embalse prácticamente seco, con solo pequeñas balsas de agua. Este nivel tan bajo ha hecho que hayan emergido restos del pueblo de Tiurana, que cuando empezó a llenarse el pantano en 1999, desapareció. Es una situación prácticamente insólita, con solo un precedente, la sequía del 2007, una de las más graves que se recuerda a Catalunya y que hizo que muchos habitantes del país cambiaran sus hábitos de consumo de agua. Este perfil también ha ilustrado la sequía con fotografías hechas con drones, que reflejan la complicada realidad de los pantanos.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Baja la producción hidroeléctrica

Evidentemente, la sequía tiene sus consecuencias. Por ejemplo, las altas temperaturas de récord que se han vivido este verano, la falta de lluvias y la poca cantidad de agua aportada por el deshielo han hecho bajar producción hidroeléctrica de Endesa a Catalunya en un 14,8% entre los meses de enero y julio de este 2022, comparándolo con el mismo periodo del año pasado. Si nos fijamos en la media de la última década, sin embargo, la producción cae hasta el 34,8%. En las comarcas de Lleida, que concentran a la mayoría de centrales, la disminución es todavía superior: 17,9%.

Cortes en el suministro de agua

Además, en algunos territorios ya se han empezado a aplicar ciertas restricciones sobre el consumo, que son muy localizadas y de carácter temporal. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Passanant y Belltall, en la Conca de Barberà, empezó a cortar el suministro de agua potable a los domicilios desde mediados de agosto, de siete de la tarde en siete de la mañana. Son 12 horas sin agua potable, una medida que el Ayuntamiento se ha visto obligado a tomar a causa de la sequía, según ha informado a través de un bando a sus habitantes. Desde el pasado 2 de agosto el municipio se abastece con camiones cisterna.

Efectos sobre los actos de fiestas mayores

Agosto es el mes por excelencia de las fiestas mayores por todos Catalunya, que suelen contar con una gran presencia del agua. Esta, sin embargo, este año será mucho más limitada por la sequía. Un ejemplo es el caso de Granollers, donde el Ayuntamiento ha optado por aplicar restricciones a los actos de agua de la fiesta mayor que se celebra del 20 al 28 de agosto. Así, actos como 'Xops!' o la 'Refrescada popular', se han anulado, y en otros, como 'Es busca aigüer’ o el ‘Correaigua’, se utilizará menos agua o serán actividades más cortas.

Turismo de sequía

Uno de los grandes indicadores de la sequía en el país es el pantano de Sau, donde, cuando se va el agua aparece primero el campanario y después toda la iglesia de Sant Romà. En el último fin de semana, centenares de curiosos se acercaron en la zona para ver los efectos de la sequía y pudieron llegar pie hasta el edificio. Fueron tantos los turistas que, según el Servei Català de Trànsit (SCT), tanto el domingo 14 de agosto como el lunes 15 se colapsaron los accesos, con los aparcamientos llenos. Este fin de semana, se han reforzado los controles para acceder al pantano, con un control preventivo en la entrada del pueblo. Así, los visitantes que llegaban sin cita y con el parking lleno, han tenido que volver para casa. Lo que sea para evitar repetir la situación de la semana pasada.