La sección tercera de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha estimado parcialmente la demanda presentada por el exnarcotraficante Laureano Oubiña contra Atresmedia, Bambú Producciones y Netflix Internacional y ha ordenado retirar la escena de sexo protagonizada por el personaje de Oubiña en la serie Fariña. En la sentencia, la Audiencia ha declarado que las entidades denunciadas solo han vulnerado el derecho a la intimidad personal de Oubiña en la escena donde se le ve con su segunda mujer, muerta años después, con la cual empieza la serie. El tribunal entiende que esta escena no está amparada por "la libertad creativa innegable de los creadores y productores de la serie". Además, tendrán que pagar una indemnización de 15.000 euros, a pesar de que, queda muy lejos de los 1,5 millones de euros en que Oubiña reclamaba a los responsables de la producción.
El escrito argumenta que los 15.000 euros son una cantidad "adecuada" porque el mal moral "es limitado", pero que tampoco se pueden obviar los beneficios que se han conseguido con la serie "de amplia difusión internacional". La defensa del contrabandista pedía 1,5 millones, alegando que la vida de su cliente "había empeorado desde la emisión de la serie". Sin embargo, la sentencia todavía se puede recurrir ante el Tribunal Supremo. En el caso de Atresmedia, la justicia también impone que se publique la sentencia en el informativo de las 21:00 horas de Antena 3, presentado por Vicente Vallés, en cinco días posteriores a la firmeza del actual dictamen.
Derecho a la intimidad
La resolución de la Audiencia de Pontevedra señala que la escena que piden retirar "no es de interés" argumental para la trama "más allá de recoger la superposición y coincidencia de sus dos relaciones de pareja y conocida pública ruptura matrimonial". En este sentido, considera que no hay un interés público en "este restringido aspecto de su vida íntima familiar". La sentencia ordena eliminar de todas sus plataformas esta primera escena de "sexo explícito" que mantiene al personaje del traficante —representado por el actor Carlos Blanco—, con la actriz Eva Fernández, que encarna a su segunda mujer, Esther Lago. Así pues, la justicia sostiene que es "una innecesaria intromisión y lesión en la intimidad" de Laureano Oubiña, al mostrar una escena en "el ámbito familiar, su relación de pareja, reservado y no expuesto, sobre el cual su personaje público no se proyectaba y en el cual la ficción y trama de la obra, en su aspecto creativo, no requería entrar". La Audiencia considera que aunque Oubiña sea un personaje de proyección pública, su derecho a la intimidad "no se diluye totalmente", ya que este aspecto de su vida "sí que disfruta de protección conforme al derecho a la intimidad".
Sin embargo, solo le ha dado la razón en algunos aspectos de la demanda, ya que, la defensa del exnarcotraficante denunciaba que el contenido de la serie resulta "insultante, injurioso y descalcificador" para su persona, tal como lo plasmó su abogado en su recurso. Y reprochó que Fariña lo representa como una persona "brusca, violenta e ignorante, capaz de amenazas especialmente graves" a causa de unas ciertas escenas de la serie. Así, la sentencia apunta que solo la primera escena, al inicio del capítulo 1, es la que tiene que ser retirada al considerar que es "innecesaria" y "solo buscaba enganchar al teleespectador en la trama". El escrito excluye una petición de retirar otras escenas sexuales de otros capítulos. La polémica escena en cuestión, el personaje de Oubiña y la actriz que representa a Esther Lago, protagonizan una relación sexual que es interrumpida bruscamente porque la Policía detiene al narcotraficante en el marco de la Operación Nécora, dirigida por el entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. De hecho, un actor que interpreta al magistrado en la serie, irrumpe en la escena al bajar desde un helicóptero en el pazo en el cual se estaban produciendo las relaciones sexuales.
Serie de ficción
Sobre el resto de argumentos presentados por la defensa de Oubiña, la Audiencia de Pontevedra los rechaza totalmente al considerar que "la colisión" entre la libertad de creación artística y el derecho de honor, en la libertad y la misma imagen, la Audiencia apunta que una obra que está "inspirada en la realidad" no se puede pretender que su "exigencia de veracidad" sea igual que la que se exige a un documental o un trabajo periodístico. "En todo caso, lo que expone la serie, del que parte y pone sobre la mesa del espectador es, con carácter general, la conocida problemática del tráfico de drogas y la situación en Galicia en el lapso temporal que presenta, mezclando hechos reales con ficción narrativa y creación artística, sin que la repercusión al señor Oubiña, identificado en ella, sea muy diferente de la que él mismo y sus conductas le ofrecieron en relación con este momento". Y concluye, que la imagen que la serie presenta de Oubiña no "es muy diferente" de la que él mismo y sus conductas han mostrado durante décadas.
