Los propietarios de vehículos tienen una obligación anual —o cada dos años si el vehículo tiene menos de 10 años— que es pasar la ITV. Los expertos en la Inspección Técnica del Vehículo son los encargados de analizar si el coche o la moto son aptos para la circulación. Desde las luces, hasta los frenos o los neumáticos, todo se evalúa al milímetro para determinar si se puede dar el adhesivo y poder esperar a la siguiente. ¿Pero todos los coches están obligados a pasar la ITV? A partir de este año hay una serie de excepciones y hay una lista de coches que no tendrán que pasarla nunca más. En concreto, son todos aquellos vehículos que estén matriculados antes del 1 de enero de 1950, tanto si son coches como ciclomotores o motocicletas. El objetivo es dar un papel relevante a los vehículos históricos.
La Dirección General de Tráfico (DGT) pretende recalcar la importancia de este tipo de vehículos como aparte de nuestro patrimonio cultural, y así incrementar la flota de vehículos históricos a todo el Estado español. Con estos objetivos, ofrece a la nueva normativa una gran ventaja para los calificados de históricos, por lo tanto, si eres propietario de uno de estos vehículos, te podrás beneficiar de esta ventaja de no tener que pasarle nunca más la ITV.
¿Qué es importante tener en cuenta para pasar la ITV?
Del total de vehículos que se presentan a su cita con la ITV, solo un 20% la pasan a la primera oportunidad, por lo tanto, es importante tener toda la información necesaria sobre cómo conseguirlo. Uno de los principales requisitos que se necesitan es presentar toda la documentación: el permiso de circulación y la tarjeta de inspección técnica. Con estos documentos se podrá comprobar que coincide con el número de bastidor del vehículo. Uno de los puntos más importantes es la carrocería. Se tiene que tener en cuenta que las veces pequeñas no acostumbran a suponer ningún problema, mientras que permitan abrir y cerrar las puertas sin dificultad. También se tiene que tener en cuenta el estado de las matrículas, que tienen que estar en buen estado y es imprescindible que sean perfectamente legibles y visibles, así como los retrovisores que también tienen que estar en perfecto estado. Otros aspectos relacionados con la carrocería que son determinantes para pasar la ITV son los parachoques, que tienen que estar sujetos correctamente y que los elementos de seguridad no tengan óxido por ningún sitio.
Otros aspectos importantes que se analizan son el estado de los frenos. En concreto, es importante que tanto los discos como las pastillas no presenten un gran desgaste. Si se detecta un frenazo desigual, también es muy posible que no se supere la inspección técnica. Así como si el freno está demasiado duro, es recomendable pasar antes por el taller. Uno de los aspectos que menos en cuenta se tiene por parte de los conductores es el estado de las luces y es otro de los motivos habituales por los cuales no se supera la ITV. Se comprueba que estén en buen estado todas las luces: posición, carretera, antiniebla, intermitentes y luces de atrás.
Además, también se evalúan el estado de los neumáticos, la suspensión, es decir, amortiguadores, tenazas, cojinetes o rótulas, que son los elementos que causan problemas en la suspensión. El interior del vehículo: cinturones de seguridad, las ventanillas o el anclaje de los asientos. Y por último, las emisiones que emite el vehículo.