Rafel Ribó ha presentado el informe anual de la prevención de la tortura a la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell, después de visitar 44 centros, entre ellos 7 prisiones y centros de justicia juveniles. Es en uno de ellos, el de Llupià, donde precisamente se han denunciado casos de uso excesivo de la fuerza en las contenciones.
Un caso alertó al equipo de Síndic de Greuges de que se presentó en el centro y pidió las cámaras que habían enregistrado la contención confirmando "el uso excesivo de la fuerza". Según Ribó no se trata de un caso aislado sino "de una metodología que se tendría que superar". También se ha detectado un tiempo demasiado largo en el aislamiento. Una medida que a menudo se aplica a las noches.
El informe destaca "el estado deplorable de algunas instalaciones y el tratamiento inadecuado de los trastornos mentales" y recomienda mejorar las condiciones laborales y formativas de los educadores para que puedan ejercer la tarea de acompañamiento con más garantías y con suficientes recursos materiales y emocionales.
Vulneración de los derechos de los detenidos
El síndico también alerta de que no se están respetando los derechos de los detenidos en las visitas médicas, ya que habitualmente pasan el reconocimiento esposados y con la presencia policial, cosa que vulnera el protocolo de Estambul. En el caso de las policías locales, pasa a veces, pero en el caso de los Mossos D'Esquadra, la situación se repite siempre. La policía alega que no es posible dejar al detenido solo con el médico, pero las directrices internacionales defienden los derechos de los detenidos como cualquier otro paciente que tiene que estar con el doctor en visita individual para garantizar la privacidad y confidencialidad.
La presencia policial en las visitas médicas, hace además, que si habido maltratos o uso excesivo de la fuerza en la detención o en el área de custodia, el detenido no se atreva a denunciarlo.
"No es aceptable el posicionamiento de la Dirección General de la Policía, que argumenta que la presencia policial no comporta ningún tipo de intervención ni intromisión", dice el síndico.
Lo informa de prevención de la Tortura también ha detectado la precariedad de condiciones en las que están las celdas de las comisarias de las policías locales. En este caso recomienda cerrarlas, ya que la inversión y el cambio sería demasiado costoso y largo en el tiempo. En algunas celdas no hay bancos, las condiciones sueño insalubres y en un caso concreto hay que pasar por las dependencias privadas de los policías para ir en la celda cruzando por una cocina donde, el día de la visita del equipo de síndico, había un cuchillo al alcance de todo el mundo.
Entre estas comisarías hay la de Cubelles, Blanes y Ripollet que presentan mayor carencias como que los policías no tienen armeros donde dejar la pistola y por lo tanto conduzcan los detenidos armados, falta de cámaras de videovigilancia o existencia de una única celda en la comisaría, cosa que hace imposible la separación por sexos, por edad o por motivos de la investigación, falta de ventilación de las celdas o acceso peligroso o inapropiado.
Prisiones
El informe de prevención de la tortura indica que el módulo de mujeres de régimen cerrado del Centro Penitenciario de Ponent no cumplen las condiciones estructurales para pasar tanto tiempo.
Y sobre el cierre de la prisión Modelo, el Síndic de Greuges hace un toque de atención al Ayuntamiento de Barcelona: "Advertimos que no puede significar una renuncia de la ciudad de Barcelona a su cuota de responsabilidad en el tratamiento penitenciario"
Y observación que "la macro-urbe de Barcelona" no puede "expolsar los problemas hacia otras regiones". Ribó reclama que se ponga "hilo en la alfiler a la existencia de la nueva prisión de preventivos de Barcelona".