Los sindicatos del mundo educativo han anunciado este miércoles qué días harán huelga finalmente este mes de marzo. En una rueda de prensa convocada delante del Departament d'Educació, han anunciado que harán un paro el 15, 16, 17, 29 y 30 de marzo para protestar contra la alteración del calendario del curso escolar. Son cinco días de huelga que se sumarán a un sexto, el 23 de marzo, que ya estaba previsto que se hiciera una huelga para protestar contra el 25% de castellano en las aulas catalanas. El anuncio de estos días de huelga llega después de más de una semana de negociaciones entre los sindicatos para llegar a un acuerdo. Las diversas partes presentaron varias posibilidades, pero finalmente han llegado a un acuerdo y han presentado una propuesta conjunta.
En esta rueda de prensa, los sindicatos han vuelto a pedir la dimisión del conseller d'Educació, Josep Gonzàlez-Cambray. Se trata de una de las peticiones en la cual más insisten los sindicalistas del mundo de la educación en las últimas semanas. El anuncio de la alteración del calendario abrió una herida entre el Departament y los sindicatos que, de momento, no se cura. A pesar del anuncio de la semana pasada del conseller sobre una reducción de ratios en las aulas, los sindicatos han reclamado hoy que la conselleria rebaje el número de alumnos que hay en las aulas. Según un comunicado que han leído conjuntamente, los sindicatos consideran que "la conselleria ha olvidado promover el respeto por el colectivo docente".
La huelga del 23 de marzo ha sido el principal obstáculo de esta última semana para que los sindicatos llegaran a un acuerdo. El hecho de que ya hubiera una huelga convocada para un día en concreto y que la cuestión de fondo no tuviera nada que ver la una con la otra (quejarse por el 25% de castellano y quejarse por el cambio de calendario) ha generado posturas divergentes entre los sindicatos en los últimos días.
Por ejemplo, hace unos días este medio avanzó cuáles eran los posicionamientos de los diversos sindicatos en esta negociación. Comisiones Obreras, por ejemplo, pedía que el paro no se produjera después del 23 de marzo, a fin de que los dos paros no se pisaran. La propuesta de CCOO, pues, era que la huelga se dividiera en varios días: dos seguidos y tres separados por semanas, llegando a abril. El caso es que no se quería que el paro afectara a la nómina de los docentes. USOC, por otra parte, pedía apostar fuerte y, por lo tanto, era contraria a dividir los cinco días en dos meses.
Delante de eso, había sindicatos que propusieron hacer paros por horas. Lo veía con buenos ojos la Intersindical, por ejemplo, ya que consideraba que hacer una huelga durante cinco días seguidos tendría poco seguimiento por parte del profesorado. La UGT y la CGT, por ejemplo, consideraban que la huelga se tenía que dividir en dos meses, a fin de que no tuviera afectación en una sola nómina. Y el sindicato mayoritario, USTEC, no veía con buenos ojos hacer paros por horas, pero sí que se abría a escoger entre hacer días consecutivos y alternos.
Este escenario llega después de que el conseller d'Educació, Josep Gonzàlez-Cambray, decidiera mantener la alteración del calendario escolar y, por lo tanto, que las clases del próximo curso empiecen el 5 de septiembre. Así lo comunicó el lunes de la semana pasada después de un pleno extraordinario del Consell Escolar convocado por él mismo. En aquella reunión, los sindicatos pidieron al jefe del Departament que el adelanto no se produzca el próximo curso, sino el siguiente. Es en esta petición de los sindicatos que Cambray sostiene su argumento que avanzar el curso es una buena idea: "Si se pide replantear 'el cómo' pero no 'el qué', significa que en ningún caso se replantea la decisión, de manera que todo el mundo está de acuerdo", manifestó el conseller. Y para argumentar que no es una buena idea aplazar este adelanto, insistió en que "no podemos demorar transformaciones que benefician al alumnado".