Los sindicatos de la enseñanza se marchan de vacaciones habiendo vuelto a examinarse en las calles de Barcelona. Este jueves han protagonizado su última movilización de este curso. Una huelga total que solo ha sido secundada por el 3,44% de la comunidad educativa y que ha aglutinado solamente a un millar de personas en las calles de la capital catalana. Atrás quedan aquellas manifestaciones del mes de marzo en las cuales los sindicatos habían conseguido llevar a las calles hasta 22.000 personas. Hoy la movilización empezaba en Universidad y acababa en Sant Jaume, y ambas plazas estaban bastante vacías tanto al principio de la manifestación como al final. A pesar de una participación mucho más ínfima, los cánticos de hoy han sido los mismos que se han ido repitiendo durante los últimos meses: dimisión de Cambray y reversión de los recortes. Prácticamente ninguna mención al adelanto del calendario del curso escolar, la gota que colmó el vaso de los docentes.
Los sindicatos son plenamente conscientes de que pierden fuerza de manera constante en las calles. Era de esperar este 3% de seguimiento después de que hace dos semanas el seguimiento fuera del 6% y del 2% en algún paro parcial. Pero la portavoz del sindicato USTEC, Iolanda Segura, pide calma. Son muchas las movilizaciones que han protagonizado los maestros y profesores por esta cuestión: un total de siete huelgas totales, dos parciales y algunos cortes de carretera o rodeadas en el Palau de la Generalitat. Pero entienden que la comunidad educativa no puede estar constantemente protestando y perdiendo el dinero que se pierde haciendo huelga. "Pero sí que estamos manteniendo una presión constante en el Departament", ha afirmado este jueves la portavoz del sindicato mayoritario.
El caso es que el Departament d'Educació también es consciente de esta falta de fuerza de los sindicatos en las calles, y presiona al comité de huelga para que acepte las propuestas que lleva la conselleria a las reuniones y acabe con esta guerra. Hoy mismo, antes de que la cabecera de la manifestación empezara a bajar por la calle Pelai de Barcelona, los sindicatos han mostrado su "indignación" por el comportamiento que según ellos tiene el Govern con el comité de huelga. Han explicado que este miércoles sintieron una escasa "esperanza" cuando Educació les comunicó que necesitaban más tiempo para valorar la propuesta que habían hecho los sindicatos, pero se decepcionaron cuando la conselleria les habría dicho que la propuesta chocaba con el Departament d'Economia. "¡Pues vayamos a hablar con Economía!", exclamaba este jueves Segura desde la plaza Universitat. Ahora mismo, parece que el obstáculo es el retorno al horario lectivo que había antes de la crisis económica, tanto en la primaria como en secundaria.
De marzo a julio
Todo empezó con un anuncio sorpresa por parte del president de la Generalitat, Pere Aragonès, y el conseller d'Educació, Josep Gonzàlez-Cambray. Sin haberlo consultado con la comunidad educativa, ni siquiera el Consell Escolar, informaron de que el curso que viene (el 2022-2023) empezará el día 5 de septiembre, y no después de la Diada, como es habitual. Los sindicatos aseguraron que esta era la gota que hace tirar el vaso, porque a su entender eso atenta contra sus derechos laborales. Y hay cierta crispación porque según ellos, desde el Govern no se hacen bastantes pasos por revertir los recortes que se arrastran desde la última década.
Aquel anuncio fue acompañado de cinco huelgas que se celebraron durante todo el mes de marzo. Todas ellas relacionadas con los derechos laborales de los profesores. A ellas se sumaron movilizaciones contra la sentencia del 25% de castellano y la huelga del 8 de marzo. Esto consiguió que el Departament negociara con el comité de huelga. Pero nada de esto se tradujo en ningún acuerdo. La conselleria sigui adelante y los sindicatos aseguraron que convocarían nuevas paradas. Y este mes de junio ha habido más vagas y movilizaciones.
¿Y el próximo curso?
Cuando después de este anuncio los sindicatos ocuparon el Departament d'Educació, los representantes de maestros y profesores amenazaron con la idea de hacer huelga a principio de curso. De manera que el adelanto del calendario no sea una realidad. La amenaza queda al aire. Hoy los sindicatos aseguraban que "todo está sobre la mesa", pero que esperan que puedan llegar a un acuerdo con la conselleria a fin de que dejen de mantenerse ya en pie de guerra.