La comunidad de monjes del monestir de Poblet se encuentra en una situación "crítica". Su abad, Rafel Barruè, ha explicado que actualmente hay diecisiete monjes, cuatro de los cuales se encuentran en enfermería. En 25 años, el número de religiosos se ha reducido a la mitad, lamenta en declaraciones a la ACN. Además, desde el 2020 que no se ordenan nuevos monjes y desde la pandemia que no entran novicios. Sin embargo, Barruè está "ilusionado" gracias al We Work, un nuevo programa que han iniciado para despertar vocaciones entre la juventud.

En una entrevista con la agencia de noticias, el abad recuerda que cuando él entró en el monasterio el año 1999 era el número 33, y en poco más de 25 años, el número ha caído a la mitad. "A veces vas al coro y somos diez, once, doce, trece a veces, pero es que no podemos ser más", lamenta. Los dos últimos monjes que hicieron la profesión solemne fue en enero del 2020. Durante la pandemia, accedieron a Poblet siete nuevos novicios, coincidiendo con la etapa de ERTE y de confinamientos, pero ninguno se ha quedado. Los otros monasterios cistercienses del país (Vallbona de les Monges en el Urgell, Valldonzella en Barcelona y Solius en el Baix Empordà) se encuentran en una situación todavía "más crítica", comenta el presidente de la orden cisterciense a Catalunya.

El abad del monasterio de Poblet / ACN
El abad del monasterio de Poblet / ACN

"La religión está muy fría"

El abad señala que "en Catalunya la religión está muy fría" y destaca la caída de la práctica religiosa. "¿Si la gente no va a misa, por qué tiene que hacerse monje?", se pregunta. Barruè define la vida monástica con la palabra "radicalidad", y descarta flexibilizar el reglamento para atraer nuevas vocaciones. Explica que muchas veces le preguntan por qué sueldo cobra, y que siempre responde "la vida eterna". "Yo diría que tenemos más sueldo que los otros, porque lo haces por amor a Dios", añade.

El año pasado iniciaron el programa We Work. Se trata de una experiencia de fin de semana en que un grupo reducido de personas jóvenes se alojan en el edificio para conocer la vida monástica. Este programa lo hacen siguiendo el ejemplo de las monjas cistercienses francesas del monasterio de Boulaur, que los últimos años han conseguido, de esta manera, atraer nuevas vocaciones. Con esta iniciativa la comunidad está "ilusionada". "Hay unos cuantos que están planteándose la vida monástica", afirma Barruè. Comenta que hay jóvenes que "van a la iglesia", pero desconocen qué pasa dentro de un monasterio. Lo ven como una "cosa extraterrestre", dice. El We Work también se ha desarrollado en el monasterio de Vallbona de les Monges.

Unificación de congregaciones

Para hacer frente a esta falta de relevo, las dos congregaciones de la orden del Cister del estado español, la de la Corona de Aragón y la de Castilla, están trabajando para unificar a las congregaciones. De esta manera quieren "ayudarse", explica el abad. También quieren añadir el monasterio francés de Boulaur, que hoy por hoy no tiene congregación y con quien hace años que tienen una estrecha relación. Esta unión podría ser una realidad en el capítulo general de la orden, que se tiene que celebrar en el 2027.

Fachada de la iglesia del monasterio de Poblet / ACN
Fachada de la iglesia del monasterio de Poblet / ACN

Recuperación del turismo

El año pasado, el monasterio de Poblet alcanzó a los 91.000 visitantes, recuperando cifras similares de antes de la covid-19. Sin embargo, entre los años 2012 y 2015 se llegaron a los 100.000 visitantes. "La gente se vuelve a mover", dice Barruè destacando las recepciones de escolares y del IMSERSO. A pesar de la mejora, el abad comenta que el punto máximo se alcanzó entre los años 2003 y 2005, pero desde entonces ha caído la afluencia de turistas. De los tres monasterios de la Ruta del Cister (Poblet, Vallbona de les Monges y Santes Creus), el de la Conca de Barberà es el que recibe más público, sobre todo de Catalunya y del País Valencià. También otros territorios del estado español y francés.