La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por las siglas en inglés) ha documentado recientemente hasta 225.000 casos de tráficos de seres humanos en el mundo entre los años 2003 y 2016. Justamente, aquel año en Barcelona nacía la Unidad Municipal contra el Tráfico de Seres Humanos (UTEH), que trabaja para acompañar a las supervivientes a la ciudad en todos los niveles que necesitamos: social, jurídico o en salud mental. Con respecto a este último, la UTEH hace años que colabora con el Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitari Vall d'Hebron para ofrecer un servicio de salud mental a las víctimas con perspectiva transcultural y género. El camino hacia la recuperación de este tipo de delitos puede ser difícil, pero no imposible. La doctora Mar Ramos, psiquiatra del programa de psiquiatría transcultural, reconoce que "cuesta tratar, es un trauma severo".
El último informe de la UTEH muestra cómo en 2020 atendieron a 277 personas y en 2021, a 229. Es un gran número de personas solo con relación a la ciudad de Barcelona. La coordinadora de este servicio público, Verònica Giménez, subraya: "Una de las fortalezas de este delito es que es un delito desconocido y que parece que pasa lejos, que aquí no pasa". Sin embargo, no es así, y, por eso, la UTEH atiende a tantas personas al año. Las usuarias del servicio tienen un perfil muy recurrente: el 77% de las personas atendidas han sufrido explotación sexual, son mujeres de entre 20 a 40 años proveniente de Nigeria, y, más recientemente, de Colombia y Venezuela.
El 40% de las supervivientes necesitan atención psiquiátrica, la cual recibirán del servicio de psiquiatría de la Vall d'Hebron. "Dentro de este 40% no todas tienen patologías graves, algunas tendrán menores y otros más graves", expone la doctora Ramos. Sea cuál sea la gravedad, las usuarias cuentan con una atención médica especializada que las acompañará en todo el proceso de recuperación.
Perspectiva transcultural
Una de las claves de la UTEH es la introducción de la perspectiva transcultural, especialmente con respecto al tratamiento de la salud mental, ¿pero qué implica introducir esta perspectiva en el tratamiento psiquiátrico? "Implica que tenemos unas ciertas competencias, habilidades, entrenamiento, una sensibilidad en todos los temas culturales con lo que implica tener personas de diferentes orígenes", explica la doctora. Como se ha mencionado anteriormente la gran mayoría de las usuarias son mujeres migrantes, por lo tanto, introducir la perspectiva transcultural es fundamental, ya que la expresión del malestar psicológico es muy diferente entre culturas.
No hay una manera universal de expresar el dolor, la depresión o la ansiedad, pero eso, estas profesionales se han formado para detectar otros síntomas que, sino, podrían pasar desapercibidos. "A veces la expresión de malestar emocional y psicológico está muy marcado por el componente cultural y el bagaje cultural de las personas", explica la doctora Ramos, quién lo ejemplifica de la siguiente manera: "Las sociedades más occidentales, más individuales, tienden a psicologizar el malestar y lo expresan por la vía más verbal. Sea diciendo estoy más nervioso o estoy preocupado, angustiado. Por otra parte, otros colectivos y entornos culturales que todavía hay más conexión entre la mente y el cuerpo y no se psicologiza sino que se somatiza. Es decir, todo el malestar que es de origen ansioso, psicológico o psiquiátrico suele pasar a través del cuerpo en forma de dolores de cabeza, dolores de barriga".
La doctora Ramos advierte que estas diferencias pueden llevar a algunos pacientes a no llegar a ser derivados a un servicio psiquiátrico, ya que sus síntomas se relacionan tradicionalmente con una "patología orgánica". "Cualquier psicoterapia necesita establecer vínculo. Si puedes establecer este vínculo a través de rebajar barreras, algunas de las cuales no somos ni conscientes de que existen o que tenemos sin querer, mejor", explica.
Actuar rápidamente, la clave del éxito
Las personas que acaban de llegar a la UTEH no solo acaban de salir de una situación de tráfico, explotación y violencia, además, muchas se encuentran en situaciones irregulares. En estos casos, la burocracia se convierte en un gran muro para que las supervivientes puedan acceder a ciertos servicios básicos para su recuperación. En este caso la UTEH actúa como demoledora de estas barreras, habiendo trabajado al construir vías para que sean atendidas sin estar empadronadas o contar con un ZIP.
"No podíamos ser un servicio normal. Es decir, no podíamos tener un requisito muy estricto, ya que son personas que salen de una situación en que han estado privadas de todo acceso a derechos. Entonces si nosotros nos poníamos intransigentes con según de qué cosas no podíamos ayudar a nadie", remarca Giménez, quien explica como hace años que trabajan para flexibilizar muchos criterios, ya sea en Vall d'Hebron como otros servicios municipales. "Permiten que nos saltemos algunos protocolos y requisitos de los servicios", concreta.
Actuar rápidamente no solo es recomendable, sino en algunos casos clave. La doctora Ramos recuerda que "en medicina todo lo que puedas tratar antes para que no se cronifique o antes de que se complique tendrá mejor respuesta. En eso nos ayuda la colaboración que se ha establecido a través de la UTEH para que todo se pueda agilizar".
El trastorno de estrés posttraumático, el más común
Una respuesta rápida, pero tratamientos sin prisa. La doctora Ramos y Giménez apuntan que cada persona sigue el proceso, el cual se puede alargar más o menos en el tiempo. Si bien cada caso tiene sus particularidades, hay una patología que es la más común entre las supervivientes que llegan al servicio psiquiátrico de la UTEH: es el trastorno de estrés posttraumático. "Es una patología significativa que da muy mala calidad de vida e interfiere muchísimo en la vida de las personas, pero tiene un tratamiento que funciona", explica la doctora.
"En el caso de las mujeres que atendemos, además, tienen el trastorno por estrés posttraumático el complejo. Es decir, es más grave entre comillas porque además añade otros síntomas que el clásico no tiene", detalla la doctora Ramos, quien expone que entre los síntomas más comunes de esta patología se encuentran los fenómenos de flashback o el estado de híper alerta, es decir, cuando el cuerpo de la paciente responde constante como si hubiera un riesgo inminente. "Las personas con estrés posttraumático tienen este sistema de respuesta a un riesgo real totalmente desequilibrado", subraya.
Para tratarlo desde el lado psiquiátrico a menudo se empieza por intentar reequilibrar este sistema de respuesta. "Desde la psicología también se hace, hay técnicas de psicoterapia. Se utilizan las dos cosas, lo que pasa es que a menudo si la persona está mucha afectada la psicóloga no puede trabajar todavía", explica la doctora, que apunta que en estos casos el tratamiento farmacológico es fundamental para poder empezar a trabajar. La psiquiatra señala que los tratamientos se pueden alargar meses.
Cambios durante la pandemia
Los casos de explotación sexual son los más comunes en la UTEH, un tipo de delito que ha cambiado sus prácticas durante la pandemia. "Al dejar de salir a la calle, la explotación sexual que se da en la vía pública se hace por otras vías: pisos, clubs o locales", explica Giménez. Es decir, se alejan de la calle, y al hacerlo la detección pasa a ser más difícil. "Es una dinámica que no ha revertido", lamenta la coordinadora de la UTEH, quién reconoce que así la detección es más difícil.
"El reto está en cómo detectar posibles situaciones de tráfico en estos contextos. No quiere decir que en todos los espacios haya situación de tráfico, hay quien ejerce el trabajo sexual de forma voluntaria, sin estar en situaciones de coacción", matiza Giménez. Sin embargo, en esta nueva tendencia en la explotación y tráfico de seres humanos la UTEH se encuentra con nuevas "dificultades para detectarlas y poder acceder". Se trata de un cambio de tendencia que se arrastra desde la covid, pero con un contexto más generacional. "Las nuevas generaciones ya no van a la calle. Había otras dinámicas de relación en general a la sociedad y eso se traspasa también a la prostitución y la forma que tiene la juventud de relacionarse con esta", concluye la coordinadora.
Un servicio público único en el Estado
"No hay ninguna unidad como la UTEH, ni aquí, ni en el Estado, ni prácticamente en toda Europa", remarca la doctora Ramos. En otros países como Holanda e Italia hay servicios similares, pero ni en el resto de Catalunya, ni en el Estado español hay una unidad pública de estas características. "Hay muchas entidades que hace muchos años que se dedican a trabajar con la protección de víctimas, pero que una administración pública haya cogido esta responsabilidad no hay muchas", expone Giménez, quien explica que desde el Ayuntamiento se trabajaba para combatir el tráfico de seres humanos desde el 2006, pero no es hasta el 2015 con la creación de una mesa interinstitucional para la lucha contra el tráfico de seres humanos, que se identifica una necesidad: "La creación de un organismo que pueda ofrecer esta atención de forma garantista y no dependa de subvenciones sino que sea una cosa a la cual el Ayuntamiento se comprometa a tener presupuesto estable".
Además, la UTEH sirve para coordinar varios servicios y evitar la doble victimización. La mayoría de las usuarias llegan a través de las autoridades u otras entidades con las cuales la unidad se tiene contacto. Sin embargo, se puede contactar directamente a través del teléfono operativo que mantén (677 445 190) para atender a las personas que estén sometidas a cualquier clase de explotación o recibir posibles detecciones de casos de explotación. También se puede contactar a través del correo electrónico unitatTEH@bcn.cat