Las Cuevas de Salnitre de Collbató son uno de los lugares geológicos más fascinantes de Catalunya, pero desgraciadamente, su nombre quedará asociado a partir de ahora a la muerte de Isak Andic, de 71 años, el fundador del imperio de la moda Mango, un catalán universal y una de las mayores fortunas del Estado español. Todas las informaciones del suceso que han dado la vuelta al mundo sitúan el escenario del trágico accidente de Andic en este paraje del Baix Llobregat, donde cayó al vacío desde una altura de 150 metros después de perder el equilibrio mientras hacía senderismo por los caminos de la montaña de Montserrat que llevan a este lugar, que a lo largo de la historia ha sido conocido por diferentes nombres: Coves de Montserrat, Coves del Salnitre y Coves de Collbató, y aunque actualmente conviven los tres nombres, el nombre comercial es del de Coves de Montserrat, según explican el sitio web oficial.

La fatalidad se cruza en el camino

Si bien las excursiones por la zona son muy conocidas entre los aficionados al senderismo, algunos habrán descubierto la existencia de estas cuevas a raíz del trágico suceso de este sábado. Y el desconocimiento también puede llevar a pensar que se trata de un lugar peligroso, pero lo cierto es que, si bien hay que tener ciertas precauciones, las excursiones hasta las cuevas son "accesibles" y aptas para cualquier persona, y habitualmente suelen ir familias con niños, e incluso escuelas. La fatalidad, sin embargo, se cruzó en el camino del empresario, que estaba haciendo la ruta de senderismo acompañado de su hijo Jonathan -su actual pareja, la exgolfista Etefanía Knuth, no se encontraba con ellos en contra lo que trascendió en un principio, y se trasladó posteriormente al lugar del suceso al recibir la llamada del hijo de Andic- ni tampoco había ninguno de los escoltas habituales que lo acompaña, por decisión del mismo empresario, según informa La Vanguardia.

El rescate

Cuando pasaban nueve minutos del mediodía, el SEM recibió una llamada de Jonathan Andic, de 42 años, alertando que su padre había resbalado y se había caído por un barranco en el tramo final del camino, cuando ya estaban de camino de vuelta en el coche; un camino que conecta el monasterio con las Covess de Montserrat. Rápidamente, se desplazaron la policía de Martorell, cinco dotaciones de los Bombers de la Generalitat, tres patrullas de los Mossos, un helicóptero de la policía catalana y su unidad de montaña, que llegaron desde Sabadell. Fueron los Mossos, y no los bomberos, los que extrajeron el cuerpo sin vida de Isak Andic, aunque el lugar era de difícil acceso. En caso de que el empresario hubiera estado todavía vivo, lo hubieran hecho los Bombers, pero cuando las dotaciones llegaron, ya no se podía hacer nada por su vida, únicamente certificar la defunción. La caída había sido mortal de necesidad. La unidad de investigación se hizo cargo del atestado, que este domingo debían trasladar al juzgado de Martorell, que es quien se encargó del levantamiento del cadáver. Aunque el caso está bajo investigación, y el sábado por la tarde los forenses de guardia del Instituto de Medicina Legal le practicaron la autopsia, los Mossos consideran el caso como un accidente fortuito y no hay indicios de criminalidad, según fuentes del cuerpo policial consultadas.

El relato del hijo en los Mossos

Aunque no se considera una zona peligrosa, ni está fuera del camino marcado, podría ser que las lluvias de los últimos días hubieran provocado cierta inestabilidad en el terreno. Según el testimonio de Jonathan Andic en la comisaría de los Mossos de Martorell, recogido por La Vanguardia, él caminaba más adelantado que su padre cuando oyó el ruido del desprendimiento de piedras y arena y, al girarse, vio cómo Isak Andic resbalaba por la montaña, que trató de frenarse, pero acabó cayendo irremediablemente al vacío.

Las cuevas, impresionantes

Situadas a unos 45 kilómetros de Barcelona, las Coves de Montserrat, o de Salnitre de Collbató, están ubicadas en el subsuelo de la falda de la montaña de Montserrat y tienen una larga historia que se remonta al Neolítico, cuando fueron utilizadas como refugio prehistórico y un lugar para enterrar a los muertos. Su nombre proviene de la explotación de salitre (nitrato potásico) que se llevó a cabo en el pasado -se utilizaba para crear pólvora-, formado por la descomposición de excrementos de murciélagos sobre la roca calcárea. Las cuevas se formaron por la acción corrosiva del agua a lo largo de miles de años, y forman un paraje espectacular, formando una longitud visitable de 549 metros, con un desnivel de 20 metros, distribuidas por el conjunto de galerías, o salas, que son las más grandes de Catalunya, incluyendo la impresionante Sala de la Catedral, que hace 60 metros de largo y hasta 25 metros de altura, el Pou del Diable, que permite bajar hasta las entrañas de la montaña, o la Cueva de los Murciélagos. Sus formas orgánicas y ondulantes inspiraron a Gaudí para sus obras, como la Sagrada Familia.

Para acceder a las cuevas, hay que caminar bastante, advierten en la página web, "hará falta subir y bajar escaleras". Para acceder a las cuevas hay que subir 244 peldaños, unos diez minutos desde el último aparcamiento. Ya en el interior, se realizará un recorrido lineal total de unos 800 metros y 500 peldaños. ​El desnivel acumulado entre la ida y la vuelta es de 64 m, que transcurren por los 500 peldaños que hay en la cueva. Se recomienda llevar ropa de abrigo ya que la temperatura interior de las cuevas es de 14 grados, con una humedad relativa del 99%, y tanto el suelo como las barandillas pueden estar húmedas, según se advierte. También se recomienda llevar calzado deportivo y una luz frontal si no se dispone de una linterna, y los visitantes tienen que cumplir en todo momento la normativa, dado que este monumento geológico se encuentra dentro del Parc Natural de Montserrat.

Un paraíso para los senderistas

Los aficionados al senderismo, como era el caso de Isak Andic, que había visitado estos caminos en varias veces, pueden disfrutar de los caminos que llevan a las Cuevas de Salntre de Collbató, que son parte de este entorno natural impresionante y único. El Camí de los Peregrins es una de las rutas que llevan a las cuevas. De dificultad moderada, abarca unos 13 kilómetros en ruta circular y se tarda en torno a 3 horas y 18 minutos sin paradas. Este camino empieza en la Ermita de la Salut y es conocido por sus vistas panorámicas. Incluye un ascenso significativo y es apto solo para niños acostumbrados al senderismo.

El sendero GR-172 y el GR-5 también accede a las cuevas. Desde el aparcamiento, los visitantes tienen que subir 244 peldaños para llegar a la entrada. Este tramo es empinado, requiere una buena forma física. Hay al de otras rutas menos exigentes que también conducen en el monasterio de Montserrat y que permiten a los senderistas menos experimentados disfrutar del paisaje sin tener que realizar desniveles tan pronunciados.