Hace solo una semana, Mia se encontraba ingresada en el UCI del hospital de Sant Joan de Déu después de haber sufrido lesiones en la cabeza a consecuencia de una caída mientras hacía de acotxadora de la Colla Vella dels Xiquets de Valls en la festividad de Sant Fèlix. Afortunadamente, Mia pudo salir el pasado miércoles del hospital y marcharse a casa después de una rápida y satisfactoria recuperación. El accidente de Mia, sin embargo, abrió un debate sobre la peligrosidad de esta actividad que se practica desde hace más de 200 años y que forma parte arraigada de la cultura popular catalana. Los datos ayudan a entender el alcance del riesgo que comportan los castells, especialmente para los niños y niñas que los practican, pero un exhaustivo informe publicado por la ACN, que analiza el informe de siniestralidad de la Coordinadora de Colles Castelleres de Catalunya, demuestra que solo un 2,8% de los castillos sufrieron caídas en el 2023, el índice más bajo de los últimos años. No obstante, los accidentes con lesiones potencialmente graves, como el sufrido por Mia, han ido tímidamente al alza desde el 2012 y después de la pandemia ha escalado hasta el 19% de los siniestros. Los últimos informes constatan que solo el 16% de los incidentes afectan a los chiquillos y que desde la implantación del casco en el 2006 los incidentes de gravedad han sido excepcionales, con ningún menor con secuelas a largo plazo.
De unos 10.000 castillos, 414 hicieron leña
El porcentaje de caídas de la temporada 2023 con respecto al conjunto de castells cargados y de intentos fue muy bajo, tan solo el 2,8%, sin considerar los pilares de 4, según el informe de siniestralidad de la Coordinadora. En cifras absolutas, la temporada pasada 414 castells hicieron leña, solo uno más que en el 2019 con un número un poco superior de construcciones plantadas, que supera las 10.000, lo que supone el mejor registro desde el 2012, el primero con datos publicados.
Prevención y ensayo
"Una de las primeras medidas de seguridad en el mundo casteller son la prevención y el ensayo. Este descenso es resultado sobre todo del ensayo: cada vez ensayamos más y mejor, y el ensayo con calidad hace que las estructuras sean más fiables y, por lo tanto, que nos caigamos menos", argumenta en declaraciones en la ACN Sílvia Simó, asesora del Área Médica y Científica de la entidad.
Las Lesiones Potencialmente Graves
La misma Coordinadora de Colles Castelleres considera que el porcentaje del 19% de accidentes con Lesions Potencialmente Graves (LPG) es "totalmente aberrante e inaceptable". Son las lesiones que tienen un riesgo importante de dejar secuelas severas por su diagnóstico inicial, y han seguido una tendencia al alza, coincidiendo con el auge de la actividad castellera a partir del 2020. Así, entre el 2013 y en el 2019, el llamado índice de LPG fue ascendiendo desde un 5% (de todos los accidentes) hasta el 7,75%. La Coordinadora lo explica así: a más nivel de las colles y dificultad de los castells que se ensayan y se llevan a la plaza, más siniestros hay y potencialmente también más graves. Los datos confirman que las colles de 8, de 9 y de 10 son las que suman más accidentes y también un mayor porcentaje de potencialmente graves a lo largo de los años.
En el 2022 y en el 2023, sin embargo, la cifra de accidentes con lesiones potencialmente graves se disparó, con un 19% de todos los siniestros el segundo año. La asesora del Àrea Mèdica y Científica de la entidad lo atribuye en parte a "la progresión muy rápida" del retorno a la actividad postpandemia "con muchos castells de 10 y gama extra". También argumenta que desde el 2021 se trabaja con una "codificación diferente y mejor" de los datos que recogen las colles y eso "hace difícil" compararlas con los años anteriores.
Desde la Coordinadora se reconoce que si se confirmara que las LPG van en aumento, "evidentemente se buscarán medidas cómo se ha hecho en todos los ámbitos de seguridad, pero de momento no tenemos confirmado que sea así", insistiendo que "están trabajando y poniendo más esfuerzos" para que los datos con los cuales trabajan "sean cada vez más fiables". En este sentido, se acuerda de que el índice de LPG se basa en diagnósticos iniciales, y que "en la inmensa mayoría de casos no acaban siendo lesiones graves o, en todo caso, sin secuelas", como es el caso de Mia, la aixecadora de la Colla Vella dels Xiquets de Valls, que es el primero y único de esta gravedad que se ha producido esta temporada, según consta a la Coordinadora, y que se considera "absolutamente excepcional".
El 16% de los accidentes lo sufren los menores
Según los datos de siniestralidad del año 2023, solo 66 de los 414 siniestros registrados corresponden al pomo de arriba (dosos, acotxadors y enxaneta), es decir, cerca de un 16% corresponden a las funciones que habitualmente desarrollan los menores, aunque estos accidentes tienen más impacto social y mediático. La mayoría tuvieron como víctimas a personas de la piña (un 46,4% de los accidentes), y un 27%, castellers del tronco. Con respecto a lesiones potencialmente graves, sube un poco el porcentaje de las que afectan a los menores (22%), pero siguen están bastante por detrás de las que afectan a la piña (38%) y todavía del tronco (27%).