La plataforma Stop Bales de Goma ha intervenido este miércoles en el Congreso. En un acto en la Sala Clara Campoamor, varias personas del colectivo que han perdido un ojo por actuaciones policiales con balas de goma han reclamado la prohibición de esta munición a los diputados, acompañados de Novact e Irídia. Entre ellos se encontraban a Ester Quintana, Carles Guillot o Roger Español, que han sufrido en primera persona los daños que pueden causar estos proyectiles, y que incluso han provocado muertos en el estado español.
1 muerto, 14 ahogados y 11 pérdidas de ojo
200 organizaciones de todo el mundo han firmado el manifiesto de la plataforma Stop Bales de Goma, que ha acudido este miércoles al Congreso español para reclamar el fin de esta herramienta de dispersión policial. En el manifiesto Stop Bales de Goma, recuerdan que "40 personas han sido víctimas de las balas de goma" al Estado en los últimos 20 años. El impacto de una en la cabeza de Iñigo Cabacas acabó provocándole la muerte, mientras que 14 personas migrantes se ahogaron en el Tarajal después de ser objetos de esta munición, recuerdan. Por otra parte, sitúan el número de personas que ha perdido un ojo en España por el uso de balas de goma por parte de la policía en 11.
Marlaska encarga 60.000 balas de goma más
Aparte de comparecer ante los diputados, Stop Bales de Goma ha enviado este mismo miércoles una misiva al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, para exigir que prohíba las balas de goma después de que un mes antes encargara 60.000 unidades más de esta munición para las fuerzas de seguridad españolas. En el manifiesto, recuerdan que a pesar de las directivos de las Naciones Unidas sobre el uso de la fuerza por parte de la policía, "más de la mitad de las víctimas por impacto de balas de goma documentadas en el estado español, los sufrió en la zona de la cabeza, y otras 6 en el tronco superior del cuerpo". Por otra parte, la plataforma señala los graves problemas de "trazabilidad" de la munición, porque de todos los afectados por las balas de goma, solamente un caso, el de Roger Español, ha podido identificar al autor. Eso implica, a su vez, que las víctimas del uso ilegal de estos proyectiles ni siquiera pueden encontrar a los culpables de los daños causados y, por lo tanto, no sienten que se haya hecho justicia.