Fieles de todo el mundo se preparan para viajar a Roma para rendir homenaje al papa Francisco, que murió el pasado 21 de abril. El funeral tendrá lugar este sábado, 26 de abril, a las 10 de la mañana, y se prevé que congregue a una gran cantidad de personas, tanto católicas como no católicas. Con cerca de 1.400 millones de católicos por todo el mundo, y teniendo en cuenta el carisma personal del pontífice —conocido por sus políticas relativamente liberales y su costumbre de llamar a ciudadanos anónimos— es probable que el homenaje traspase fronteras confesionales.
Todo ello coincide con un año de máxima afluencia turística en Italia. Según datos oficiales, el país ya ha alcanzado cifras récord de visitantes extranjeros, y Roma, en particular, está especialmente congestionada a causa del Año Jubileo del Vaticano. Esta celebración, que se extiende durante todo el año, se espera que atraiga a más de 32 millones de peregrinos, los cuales tienen que sumar los 37,3 millones de turistas que ya visitaron el país el año pasado.

En este contexto, el acceso a los actos conmemorativos podría resultar complicado. "Habrá una presencia mediática enorme, muy superior a la que hubo para el papa Benedicto XVI, ya que Francisco era un papa en activo", afirmó Mountain Butorac, guía de peregrinajes y visitas al Vaticano conocido como The Catholic Traveler, en declaraciones en CNN antes de la muerte del pontífice. Sin embargo, Butorac estima que la asistencia podría ser similar a la del funeral de Benedicto XVI. "No espero cifras ni de lejos comparables a las del funeral de Juan Pablo II", ha destacado, en referencia a los cuatro millones de personas que acudieron a Roma en el 2005 para despedir al pontífice polaco.
Además del funeral, la atención también se dirigirá pronto hacia el cónclave, el proceso mediante el cual los cardenales elegirán el próximo papa. Este encuentro, que normalmente se celebra entre dos y tres semanas después de la muerte de un pontífice, atrae tradicionalmente una gran afluencia internacional. Según Butorac, muchos devotos con limitaciones de tiempo podrían tener que escoger entre asistir al funeral o al cónclave, un hecho que también podría influir en la distribución de las multitudes. Sea como sea, Roma se encamina hacia unos días intensos, llenos de devoción, expectación y presencia mundial, para despedir una de las figuras más influyentes de la Iglesia en el siglo XXI.
Los horarios para despedir al papa Francisco
El funeral del papa Francisco tendrá lugar este sábado, 26 de abril, a las 10 de la mañana, en la plaza de San Pedro, delante de la basílica vaticana. El acto será abierto al público y no hará falta entrada, aunque se espera una asistencia masiva y largas colas de acceso. Antes de la ceremonia final, habrá un periodo de velatorio público. El féretro del pontífice fue trasladado desde su residencia, la Casa Santa Marta, hasta la Basílica de San Pedro la madrugada del miércoles 23 de abril. Después de una ceremonia privada dentro de la basílica, la ciudadanía tendrá la oportunidad de pasar por delante del féretro para rendir su último homenaje.

El miércoles estuvo abierto hasta a medianoche. Este jueves, desde las 7 de la mañana hasta la medianoche. El viernes, el horario será de 7 de la mañana a 19 h de la tarde. A las 20 h tendrá lugar una ceremonia solemne para la clausura del féretro, un momento cargado de simbolismo dentro del protocolo funerario vaticano.
El funeral del sábado, presidido previsiblemente por el decano del Colegio de Cardenales, incluirá las tradicionales ceremonias de Commendatio y Valedictio, antes de que el féretro sea introducido nuevamente en la basílica para continuar con los rituales internos. Una vez finalizadas las ceremonias en el Vaticano, el cuerpo del papa Francisco será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, situada a poco más de tres kilómetros en el este de San Pedro, donde será enterrado. El itinerario exacto del traslado todavía no ha sido comunicado por las autoridades vaticanas. Con la ciudad llena de fieles y visitantes en un año marcado por el Jubileo, se prevé una gran movilización tanto ciudadana como mediática para despedir a un papa que ha dejado una huella profunda en la Iglesia católica y en el mundo contemporáneo.