Entre las pruebas que aporta Rosa Peral para incriminar a Alberto López en el homicidio de su pareja, Pedro Rodríguez, y que constan en el sumario del caso del policía carbonizado que encontraron dentro del maletero de su coche al lado del pantano de Foix, hay varios correos electrónicos donde él la insulta y la amenaza.
Los dos habían tenido una relación sentimental anterior que se rompió cuando Rosa Peral empezó a salir con Pedro Rodríguez.
Entre los correos que Peral aporta a la causa hay uno que dice exactamente: "Te escribo con lágrimas de impotencia pero nunca te perdonaré ni a ti ni a él, y si algún día dejo de ser policía, me importa una mierda esta vida. ¡Recuerda! Eso no quedará así, ¡te lo aseguro!".
El hilo de los correos entre Rosa y Alberto va subiendo de tono y muestra la mala relación que quedó entre ellos después de la ruptura.
A pesar de eso, los días anteriores a la muerte de Pedro, Rosa y Alberto vuelven a tener contacto coordial y Alberto incluso habla de cómo hacer desaparecer un cadáver tanto antes como después de la muerte del agente de la Guardia Urbana.
La muerte perfecta
Entre los testigos que declaran ante la titular del juzgado de instrucción número 8 de Vilanova i la Geltrú que lleva el caso está un agente de la Guardia Urbana que declara voluntariamente.
Es compañero de Alberto López y el 16 de abril, quince días antes del crimen, durante la jornada de trabajo se encuentra con el policía y mantienen esta conversación: Alberto le pregunta cómo sería para él la muerte perfecta.
La respuesta del testigo impacta por la fatal casualidad de dos de los casos que hay incluidos en el sumario. El testigo le responde que en caso de que el cuerpo tuviera algún tipo de señal lo tiraría por un terraplén que hay al lado del castillo de Montjuïc y que después lo quemaría para eliminar las pruebas. Y así cuando llegaran los bomberos ya no quedaría ningún rastro.
El testigo coincide con Alberto López y Rosa Peral en una despedida de compañeros de trabajo y le llama la atención el hecho de que los dos lleguen y se marchen juntos, porque daba por rota su relación.
Durante su declaración explica que el 5 de mayo, cuando se conoce la identidad del cadáver quemado dentro del maletero en el pantano de Foix, se echó a llorar porque empezó a tener sospechas de Alberto. Y que dos días más tarde aparece totalmente afeitado.
"Traedme tabaco a la prisión"
El 10 de mayo, cuando ya se había encontrado el cadáver e identificado, pero todavía no se había practicado ninguna detención, Alberto López se encuentra en Badalona con algunos amigos. Es la noche de Sant Anastasi, la de la tradicional quema del demonio, y aunque llega más tarde que los otros, se une a ellos y el tema de conversación es el crimen del pantano de Foix.
Entre las declaraciones de testigos que incluye el sumario, hay una de un agente de Badalona, amigo de Alberto López, que reproduce algunas de las frases que pronuncia el acusado aquella noche: "Traedme tabaco a la prisión". Alberto López lo dice en un ambiente distendido y haciendo mofa, después de asegurar que estaba muy tranquilo, aunque lo habían llamado los Mossos para ir a declarar.
Una semana antes, el grupo había quedado para comer. Era el 2 de mayo, el día en que presuntamente mataron a Pedro Rodríguez. Pero Alberto lo anula y dice quede otro día. Un hecho inusual en él, según relata el testigo.
¿Un tema de drogas?
Alberto López habló durante toda la noche con naturalidad del crimen del pantano de Foix. Incluso apuntó que Pedro Rodríguez tenía "rollos extraños", insinuando que detrás del asesinato habría un tema de drogas.