A lo largo del sumario que investiga la muerte del agente de la Guardia Urbana de Barcelona que encontraron quemado dentro del maletero de su coche en el pantano de Foix, varios testigos explican que Rosa Peral, la pareja de la víctima, tenía un arañazo en el cuello.
El primero es la expareja de Pedro Rodríguez, que dos días después de conocerse la identidad del cadáver, va hasta el pantano de Foix con el hermano de la víctima para dejar un ramo de flores en el lugar de los hechos. Aquel mismo día los dos se acercan a Cubelles, a la casa donde vivía la pareja y Rosa sale con un jersey exactamente igual que el que llevaba aquel día la testigo y que le había regalado Pedro hacía un tiempo.
La testigo se fija en que el cuello de jersey, de cremallera, está abierto, y que Rosa Peral tiene un arañazo superficial en el lado derecho.
Al día siguiente vuelven a la casa para que el hermano de Pedro Rodríguez se pueda llevar la moto de la víctima y notan un comportamiento extraño en Rosa Peral. No sabe dónde están las llaves ni los accesorios y no quiere que bajen al sótano de la casa.
Los Mossos destacan en negrita en el atestado la declaración sobre el arañazo en el cuello.
Un segundo testigo también se da cuenta del arañazo en el cuello de Rosa Peral.
Es un agente de la Guardia Urbana de Barcelona, compañero de los dos detenidos. En su relato de la comida que hacen varios agentes, en la que asisten Rosa y Alberto, justo después de la desaparición de Pedro y antes que se localice el cadáver, el testigo se fija en que Rosa Peral lleva un pañuelo al cuello que esconde alguna cosa.
Lo atribuye a un chupetón de Alberto a Rosa, que la detenida esconde para evitar los celos de Pedro.
La misma jueza asegura haber visto una marca en el cuello de Rosa Peral el día que hicieron el registro en su casa. Según la declaración de Alberto López, Pedro habría cogido por el cuello a Rosa en medio de una discusión.