Tres variedades de hormigas, de fuego, loca y faraón, un pez de acuario, un árbol oceánico, el gorgojo rojo y toda la familia de mangostas y suricatas (excepto la mangosta común, una mangosta europea) son algunas de las especies que podrían formar parte del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, hecho que prohibiría su posesión, transporte y comercio.
Estas especies se consideran invasoras por casuísticas muy diferentes y, en algunos casos, como el de las hormigas, las inclusiones en el Catálogo suceden antes de que aparezcan o poco después de detectarse, es decir, por prevención, explica a Efe al coordinador del proyecto Life Invasaqua de la Societat Ibérica de Ictiología, Frederic Casals.
Según Casals, quien también es profesor del departamento de Ciencia Animal de la Universidad de Lleida, la hormiga de fuego, la loca o la faraón están llegando a través del comercio en la madera o en jardinería como polizones, de manera que es "importante" anticiparse y que aparezcan en las listas.
Gorgojo rojo
Se trata de un coleóptero (escarabajo) gigante de la familia de las gorgojos de entre 7 y 8 centímetros de longitud, que hace décadas que está en España y ya ha acabado con las palmeras de numerosos sitios.
Mióporo
Este árbol procedente de las antípodas lleva años utilizándose en jardinería, de manera que Casals subraya la importancia de controlar las especies que se usan en obras públicas, ya que a veces "no existe bastante coordinación", lamenta el experto.
Mangostas y suricatas
Otro de los problemas actuales relacionado con el comercio ligado a la tenencia de mascotas, que algunos grupos animalistas califican de "mascotisme" al considerarla excesiva en este país, es la cantidad de ejemplares de mapache que hay en Madrid. Mangostas y suricatas se pueden tener como mascotas y, cuando crecen y empiezan a ser molestas, a menudo se liberan sin saber bien qué impacto provocarán en la biodiversidad local.
El mapache, un ejemplo próximo a estas especies, es un animal que "se come todo" (reptiles, anfibios e incluso insectos) y es "relativamente agresivo" con las personas, de manera que se espera que mangostas y suricatas, al liberarse, puedan causar de la misma manera un impacto directo sobre especies autóctonas.
Hormigas de fuego, loca y faraón
Algunas especies se consideran invasoras potenciales dado que no se conoce con precisión si tendrán un impacto negativo, todo y que de la hormiga de fuego, por ejemplo, que pica y es venenosa, sí que se puede anticipar un efecto directo sobre las personas.
Algunas especies exóticas, cuando hace años que habitan un determinado lugar, empiezan a impactar en el entorno, por ejemplo, en forma de plagas, a causa de los cambios que se producen, sean climáticos o de uso del suelo, entre otros.
Pez de acuario: Paramisgurnus Dabryanus
Esta variedad de pez que a menudo se encuentra en acuarios solo se ha introducido en el embalse de Vallvidrera, en Barcelona, que forma parte del Parque Natural de la Sierra de Collserola, el cual se ha tenido que vaciar no sólo por esta especie, sino también por otras invasoras, como la carpa. En este pantano, próximo a la ciudad de Barcelona, hay personas que dejan peces, tortugas o cualquier otro animal cuando deciden dejar de tenerlos, cosa que pasa en muchos otros ecosistemas acuáticos.
La Paramisgurnus dabryanus, conocida por lo común como lobito de río de escamas grandes, no es "más peligrosa que otras", pero su posible inclusión en el catálogo oficial tiene que ver con el lugar donde se ha introducido. La zona del embalse resulta "muy importante" para mantener las poblaciones de anfibios autóctonos, según han identificado a los gestores del Parque Natural, que de forma periódica vacían el embalse para eliminar estas especies exóticas invasoras, que en su mayoría depredan huevos, cabezudos y adultos de anfibios.
El problema de raíz, detalla a este experto, radica en el comercio por internet, que permite comprar cualquier especie de peces aunque "teóricamente" no sea legal, aprovechando la falta de control. Si bien parecía que esta especie en concreto ya estaba erradicada, Casals detalla que ha pasado como con muchos otros peces de zonas tropicales en los cuales se dan cambios bruscos en el nivel del agua: los ejemplares han sido capaces de enterrarse y mantenerse hibernados en el lodo.