Jordi Margentí el acusado del doble crimen en el pantano de Susqueda habría vuelto el día siguiente del asesinato en el lugar de los hechos con su mujer para esconder el coche de las víctimas. El sumario lo apunta como único responsable del crimen, y aunque todavía no se ha encontrado el arma homicida, los testigos, sus declaraciones contradictorias y las imágenes enregistradas por las cámaras próximas a la zona del crimen, lo hacen principal sospechoso.
Margentí está en la prisión desde el 1 de marzo, en el auto que dictó el juez y, a la que ha tenido acceso El Nacional, se relatan los hechos tal como pasaron a partir de las reconstrucciones del acusado y los testigos.
El presunto asesino de Susqueda pescaba a menudo en la zona donde se vieron por última vez a los jóvenes. Conocía la Rierica.
Jordi Margentí habría matado primero a Marc Hernández con tres tiros y después a Paula Mas de un tiro en la cabeza. Entre los tres primeros tiros y el cuarto se oyen gritos, según ratifican varios testigos, que se podrían atribuir a Paula. Margentí, los desnudó y ligó después, con las cuerdas del kayal que llevaban los dos jóvenes, y los hundió en el pantano.
Los dos días siguientes al asesinato volvería a la escena del crimen y haría desaparecer el vehículo en una zona estratégica, que sólo los habituales del lugar tendrían en mente. El asesinato fue el 24 de agosto y hasta cuatro días más tarde, el 28 de agosto no aparece el coche al fondo del pantano con una piedra en el acelerador.
Al día siguiente, Margentí compra un billete de avión en Colombia para su mujer que se marcha de manera precipitada.
Los cuerpos de los jóvenes no aparecían hasta el 26 de septiembre, un mes después del asesinato.
Los indicios
La investigación sitúa los hechos entre las 11:21 y las 11:26 del 24 de agosto.
Los cuatro vecinos del Mas Llombar oyeron los tiros a esta hora. Hay dos testigos más que a aquella hora andaban por la pista dirección en Sant Martí de Sacalm que son claves y que oyeron los tiros a la misma hora. También señalan el lugar exacto del camino donde lo escucharon. Además el GPS de los teléfonos móviles permite confirmar la hora exacto: entre las 11:21 y las 11:26 del 24 de agosto.
El relato también ayuda a situar la escena del crimen. Hay un elemento clave: la vegetación que se encuentra en la mochila de Marc Hernández que pertenece a la de la zona de la Rierica. También, las piedras que había dentro de la mochila para hundir el cuerpo en el pantano. Son de la misma zona de donde murieron.
El relato de los hechos también sitúa a Jordi Margentí en la escena del crimen. Primero, su coche. Las càmares lo ven acceder a la zona media hora antes que el de las víctimas. Además uno de los testigos hizo una foto de la zona donde se ve el coche y otro lo vio directamente.
El mismo acusado declara a la policía que la Rierica es un lugar habitual donde va a pescar y que el 24 de agosto estaba. Por los investigadores, que la zona sea un lugar prácticamente deshabitado "es un elemento esencial" porque confirma que el presunto asesino estaba en el lugar de los hechos. Lo confirman los testigos y las cámaras de seguridad. Eso mujer fuerza también al hecho de que el lugar donde se encontró el coche de las víctimas estaba bien escogido para que no apareciera inmediatamente.
La investigación también remarca que las diferentes declaraciones que ha hecho el acusado han servido para rodearlo todavía más. Sobre todo por las contradicciones. En su primera declaración niega haber sentido nada y en las posteriores admite haber escuchado los |tiros, pero los atribuye a cazadores en un momento en que no es ni temporada de caza ni hay ningún permiso de batida.
Lo que no tiene la policía es el arma del crimen. O al menos no tiene claro si ninguna de las armas que se encontraron en el registro de casa de Margentí. Tienen balas y el agujero en los cuerpos y eso podría hacer que se ataran cabos y que finalmente una de las armas del acusado fuera el arma homicida. Pero de momento donde está y cuál es el arma del crimen sigue siendo un interrogante.