Temperaturas y lluvias de récord en Europa el 2024, según el informe anual sobre el estado del clima publicado por el Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). De acuerdo con los datos conocidos este martes, el año pasado fue el año más cálido en Europa, que se ha confirmado como el continente que se calienta más deprisa. Hace falta sumar que las tormentas fueron a menudo intensas y, las inundaciones, generalizadas, cobrándose al menos 335 vidas y afectando a 413.000 personas. Y, en este escenario, los Països Catalans se llevaron la peor parte.

El informe recoge que Europa occidental vivió el año pasado uno de los diez años más lluviosos desde 1950, lo que ha llevado a la red fluvial a superar el umbral de inundación. De hecho, Europa sufrió las inundaciones más generalizadas desde el 2013, con el foco en el País Valencià y las comarcas catalanas del sur —hasta el punto de recordar la DANA del 29 de octubre en la provincia de València, con consecuencias “devastadoras” y víctimas mortales—. De los 335 muertos que recoge el informe, queda claro que la gran mayoría se produjeron en comarcas como la Horta Sud, la Ribera Alta, la Foia de Bunyol y la Plana d'Utiel. También se menciona la tormenta Boris, que afectó gravemente algunas regiones de Alemania, Polonia, Austria, Hungría, la República Checa, Eslovaquia, Rumania e Italia.

El año más cálido en Europa

Con respecto a las temperaturas, ya hemos dicho que 2024 fue el año más cálido en Europa, pero la cosa empeora si tenemos en cuenta que la temperatura de la superficie del mar se situó 0,7 °C por encima de la media —en el Mediterráneo, esta cifra se incrementa hasta los 1,2 °C por encima de la media—. Además, la cifra de días con estrés térmico “fuerte”, “muy fuerte” y “extremo” fue la segunda más alta nunca registrada, con el 60% de la población europea con más días que la media con al menos “estrés térmico fuerte”. Es decir, que las noches tropicales están aumentando y se registran al menos doce en un mes. Todo eso quiere decir que el continente es una de las regiones con el aumento más alto de riesgo de inundaciones, y donde el calentamiento global de 1,5 °C podría provocar 30.000 muertes anuales por el calor extremo.

Del calor pasamos al frío y el informe señala que el año pasado se registró la cantidad más alta de superficie europea que experimentó menos de tres meses de heladas, así como un récord negativo de días con al menos estrés por frío intenso. Para más inri, todas las regiones europeas experimentaron pérdida de hielo, hasta el punto que los glaciares de Escandinavia y Svalbard registraron las tasas más altas de pérdida de demasiado nunca registradas (1,8 metros y 2,7 metros respectivamente) —de hecho, ha estado el tercer año más cálido para el Ártico y Europa central es una de las regiones del planeta donde los glaciares se funden más deprisa.

Grandes diferencias en Europa

El informe también destaca como las diferentes partes de Europa experimentaron el año pasado condiciones meteorológicas muy diferentes, con un marcado contraste este-oeste: condiciones secas, soleadas y extremadamente cálidas en el este —y eso que Catalunya ha sufrido una de sus peores sequías—; y condiciones más nubladas, húmedas y menos cálidas en el oeste. Y es que el sureste de Europa sufrió su ola de calor más larga de la historia, de trece días seguidos y afectando al 55% de la región. También se registraron récords de días con al menos un “estrés térmico fuerte” (66) y de noches tropicales (23).

El director general del Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas a Medio Plazo (ECMWF, en inglés), Florence Rabier, ha asegurado que el informe remarca “la importancia de fortalecer la resiliencia”. Por su parte, la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, ha advertido que “cada fracción adicional de grado en el aumento de la temperatura es importante, ya que acentúa los riesgos para nuestras vidas, nuestras economías y el planeta”. “La adaptación es fundamental”, ha insistido.