La vida de antes y ahora del exobispo de Solsona, Xavier Novell, genera nuevos contenidos informativos que han traspasado la esfera privada y parece no tener traba. Compañeras del gremio como la misma monja Sor Lucía Caram han tildado a Novell de hombre "con graves problemas mentales" y lo ha relacionado con casos fuertes de prácticas para combatir la homosexualidad: "Sabemos de su defensa, participación y promoción de las llamadas terapias de conversión homosexuales. Unas terapias morbosas, escabrosas y enfermizas que generan en sus participantes angustia y en muchos casos los llevan al suicidio o la desesperación. Y hay testigos que lo acusan y sienten que les destrozó la vida", especificaba ayer en una carta a Religión Digital.
Ahora, incluso, empiezan a aparecer los primeros testigos que vivieron en directo esta supuesta humillación de Novell hacia chicos que querían dejar de ser homosexuales. Es el caso de Alberto Pérez, exmiembro del grupo Verdad y Libertad (AMS), dedicada a hacer terapias para "curar la homosexualidad", que el Vaticano desautorizó en julio pasado y pidió a las congregaciones católicas españolas que no participaran de este grupo.
Pérez explica que "Verdad y Libertad encontró apoyo en Solsona: se hicieron misas, congresos, campamentos, charlas y Novell ofició bodas de chicos que decían que habían superado la homosexualidad y después se unían en matrimonio [con chicas] en Solsona. Es terrible", ha dicho en declaraciones al Planta Baixa de TV3.
El chico, incluso, pone un ejemplo del compromiso de Novell con esta asociación: "Sé de una familia que su hija se casó con uno de estos chicos que decía que ya no era gay. Novell ofició la boda y como que la familia no estaba de acuerdo, no les permitió la entrada a la celebración religiosa".
Pérez, que ahora asegura "aceptarse tal como es, homosexual," explica que el exobispo participaba de unas técnicas "para curarlos, ya que entienden que parten de un trauma". En su caso personal, admite que hubo un momento en que llegó a creerse que "ya no era homosexual". Esta asociación no cuenta con la mayoría de los miembros de la iglesia católica, pero según Pérez, "Novell era uno de ellos, el año 2015 les daba apoyo moral y en los últimos tiempos les facilitaba instalaciones religiosas suyas, incluso públicamente".
La otra cuestión es cómo se llevaban a cabo estas prácticas. Algunos de los detalles que han trascendido sobre la terapia aplicada es que se tenían que desnudar para reconciliarse con su propio cuerpo, se abrazaban totalmente desnudos y recomendaban la práctica deportiva. La entrada es restringida y, en los últimos tiempos, también podían participar las mujeres. Llegaban a la raíz de los traumas de los asistentes, y si estos abandonaban, no les perdonaban nunca.