El consejero delegado de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), Enric Cañas, ha lamentado que los mínimos fijados para la huelga de metro hayan hecho que el servicio de metro fuera "de mala calidad". "Aunque no ha habido ninguna incidencia destacable el servicio ha sido dificultoso; el viaje no ha tenido la calidad que hoy en día es necesaria", ha criticado Cañas, que ha añadido que no se ha podido garantizar el derecho a la movilidad.
Por otra parte, el consejero delegado ha pedido disculpas a la ciudadanía que "haya sido tensionada en el andén" y ha agradecido el comportamiento cívico de todo el mundo. Cañas ha insistido en que la huelga por la crisis del amianto "no tiene motivos objetivos para convocarse" porque, según ha asegurado, ya se está haciendo una "gestión diligente" del conflicto y se está trabajando. "Nos preocupa mucho y estamos destinando muchos esfuerzos", ha afirmado.
Cañas, que ha recomendado que durante toda la jornada se busquen medios alternativos en el metro para evitar aglomeraciones, ha explicado que la gestión de los servicios mínimos ha sido "muy complicada" porque en algunos casos se ha tenido que vaciar convoyes ya llenos para evitar incurrir en una superación de los mínimos fijados.
El consejero delegado de TMB ha indicado que ha habido un descenso del 17% de los pasajeros respecto de las jornadas habituales, hecho que ha ayudado a que la situación fuera "menos dificultosa". Sin embargo, sí que ha lamentado que esta bajada de los viajeros "es notable" y por lo tanto ha afectado a un grueso de la población que ha tenido que buscar alternativas.
La huelga convocada para este lunes tenía unos servicios mínimos fijados del 40% de 6.30 a 9.30 y del 20% de 9.30 a 10 de la mañana, cuando acababa el primer turno de la huelga. A partir de las cuatro de la tarde y hasta las ocho de la noche volverán a circular sólo el 40% de los convoyes, con intervalos de espera de 8 a 11 minutos, y de las nueve y media de la noche en doce serán del 20%, con intervalos de hasta 65 minutos de espera.