Se habla mucho de la maternidad, de los primeros meses de vida del bebé y se omite, demasiado a menudo, las consecuencias de parir. La mujer, pasa a ser una protagonista secundaria de sopetón. Sin entrar en la necesidad de elaborar una especie de ránking sobre quién es más importante que el otro, omitir el mensaje completo de la maternidad es una evidencia social. Afortunadamente, hay aspectos que, cuando menos, cada vez se trabajan más en el imaginario colectivo. Un ejemplo son las conocidas depresiones postparto. Pero hay de otros, sobre todo físicas y que pueden derivar en psíquicas, que hace falta hablar. Para analizarlo, hemos conversado con tres especialistas de la medicina: una ginecóloga, una fisioterapeuta y un cirujano plástico. Con ellos, desgranamos punto por punto, algunos de los aspectos "sorpresa" que las mujeres compartimos después de tener un hijo, sobre todo por primera vez.
"La cuarentena dura más de 40 días"
De entrada, la persona que te ha seguido antes y durante el embarazo: la ginecóloga, representada en este caso por la doctora Sonia Martínez Garcia, del Hospital Dexeus. Antes de cualquier explicación nos quiere hacer una observación que, a lo largo de todo este reportaje, es importante no olvidar en ningún momento: "El posparto es una etapa muy bonita. nace una criatura y también nace una madre". A partir de ahí, el primer aspecto a tener en cuenta: la famosa cuarentena.
Martínez, como una enciclopedia, nos define un concepto que la opinión pública, con demasiada frecuencia, no tiene bien entendido: "El postparto es aquel período de tiempo que comienza inmediatamente después del parto y se alarga hasta las 6-8 semanas (la famosa cuarentena) En este período transcurren todos aquellos cambios fisiológicos de retorno del cuerpo de la madre a las condiciones pregestacionales Clásicamente, siempre se ha hablado de la cuarentena (6-8 semanas), pero la tendencia es considerar que este estado dura más, pues vemos que en muchos aspectos la vuelta a la "normalidad" es mucho más progresiva. La ACOG (sociedad americana de ginecología y obstetricia) ya considera que este período son 12 semanas y algunos autores hasta 1 año".
Después de 2 meses, no podemos tener pérdidas
De ahí, que la doctora marque las pautas a seguir. Los ginecólogos lo especifican, pero quizá por una tradición equivocada no se toma con suficiente rigor estos consejos, como sí se escuchaban metro teníamos a la criatura dentro de nosotros. "A nivel ginecológico, se recomienda realizar una revisión a los 7-10 días en caso de cesárea y hacia las 6 semanas tanto en partes como cesáreas. Durante toda la cuarentena es normal ir teniendo pérdidas de sangre y no debemos asustarnos, si pasados dos meses del nacimiento aún seguimos perdiendo, esto sería motivo de nueva revisión y ecografía”. Y añade: "Por otra parte, sería muy recomendable que en la primera semana del posparto, la mujer pueda acudir a una visita de asesoramiento de lactancia, pues ésta sería una de las principales fuentes de angustia y preocupación por las madres" Martínez, ginecóloga y también especialista en la lactancia considera que esta etapa también debe explicarse bien con antelación. Por eso, subraya que son los propios especialistas en ginecología que deben adquirir este argumentario y los conocimientos suficientes para no vivir de espaldas a una realidad de la paciente.
"Hay que acompañar a la madre en el cambio emocional"
Y en la conclusión, Martínez nos da la clave del titular de este reportaje: "La cuarentena es una etapa de adaptación, no sólo ha nacido una criatura, también ha nacido una madre. Se deben adaptar a este rol ambos. En la madre se producen muchos cambios físicos pero también emocionales, en este sentido, es muy importante acompañar a las mujeres en este tránsito dado que sobre todo con el primer hijo es una época de mucha inseguridad, miedo e incluso frustación.
Incontinencia urinaria
La fisioterapeuta Mar Bernal, del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, constata que "la incontinencia urinaria es uno de los grandes problemas". Pero lamenta el poco caso que se hace desde la administración pública y los gobernantes. "La rehabilitación a través de la fisioterapia no es una cosa prescindible y sí totalmente necesaria. Tenemos que cambiar el chip ya. No sé realmente cómo se puede conseguir porque es muy difícil, pero los que estamos en esta especialidad y las mismas mujeres tendríamos que alzar la voz. Si te lesionas una rodilla te entran un número de sesiones de rehabilitación por la seguridad social. En cambio, en el momento que tienes una criatura también tendrías que tener esta facilidad. Sólo se dan, sobre todo en los hospitales, en casos extremo donde ha quedado de forma grave muy afectado el suelo pélvico. Pero todo el mundo tendríamos que disponer a modo preventivo antes de que aparezca un prolapso, por ejemplo, después de dos años y medio". Que se escape, tal como coloquialmente decimos 'el pipí' es incontrolable por una pelvis más debilitada, fruto de haber estado nueve meses aguantando el peso de una criatura que ha ido creciendo dentro de la barriga.
Dolor en las relaciones sexuales
La actriz y directora de cine, Leticia Dolera, puso encima de la mesa el tabú de verse la vagina después de parir y sufrir, normalmente, algunos puntos fruto de todo el proceso final. A través de su serie 'Vida perfecta', la protagonista tiene un cierto temor en verse delante del espejo su aparato reproductivo. Y de aquí, una derivada que muchas mujeres sufren: el dolor en las relaciones sexuales. La fisioterapeuta Bernal nos pone nombre y apellidos a este sufrimiento: "dispareunia, dolor en las penetraciones". Y avisa: "Hay que estar atentas porque si tenemos molestias puede ser el primer aviso de otras consecuencias más graves como un dolor pélvico crónico con el cual se tendrá que vivir siempre con él". Pero hay otros que hay que explorar: "La episiotomía, incisión que se hace cuando se considera necesario, en la vulva y el perineo en el momento del parto para facilitar la expulsión del feto y evitar la rasgadura del perineo, las mismas rasgaduras que no se han podido evitar, prolapsos, entre otros".
No salir a correr al día siguiente
En este listado también se puede encontrar todas las derivadas de una afectación en el abdomen como la diastasis, la separación de dos huesos sin fractura o de órganos que normalmente están juntos, un problema de ciática o choques nerviosos y bloqueos que pueden afectar a las caderas. La fisioterapeuta Bernal subraya que "no hace falta asustar a nadie, pero sí estar bien informadas para evitar sorpresas". A modo de ejemplo, la posición con que damos el pecho o el biberón cada día y de forma repetida también puede dar problemas a la espalda: "Si no te enseñan y compensas tu cuerpo, hay problemas cervicales. El fortalecimiento y la reeducación física de una mujer cuando acaba de parir es progresivo". Y en esta evolución pone el acento en no obsesionarse para recuperar una vida exactamente igual que la de antes de estar embarazada, tal como las redes sociales o los cánones mediáticos a menudo marcan: "Cuándo el cuerpo coja una buena sinergia sí, pero los ejercicios son poco en poco. No puedes ponerte a correr al día siguiente, ni al cabo de una semana. O empezar a hacer abdominales sin que un especialista te diga cómo y cuándo".
Bernal apuesta por reeducarnos todos juntos: "Hay un listado de afectaciones físicas postparto que hay que saber. A la larga tendríamos menos problemas o falta de sensibilidades o incluso sexuales". También hay que estar informados de los métodos que nos pueden ayudar "como el tronco, que ha venido para quedarse, es una herramienta que trabaja la percepción del cuerpo en el espacio y fortalece la musculatura intrínseca de la pelvis. Hay buen feedback de la mujer porque fácilmente se puede hacer en casa". Y añade: "A nivel de consulta, se ha hacer siempre una revisión externa e interna. Y trabajar en la prevención a nivel de máquinas para recuperar fuerza, tono y sensibilidad, y añadir rutinas como el ejercicio de la pelota, la práctica del pilates, entre otros". Para acabar, estos consejos también los hace extensivos a las mujeres que han pasado por una cesarea: "Está el falso mito que en este caso no hay que revisar el suelo pélvico y no es así. Los nueve meses aguantando un bebé también los han sufrido. Es importante que todo el mundo pase por una revisión de una fisioterapeuta especializada en postparto. El problema es que se deja sólo para el ámbito privado por norma general. Hay que reflejarse en otros países como Francia que hacen un seguimiento posterior de la mujer, también en Gran Bretaña, Estados Unidos y Australia".
Operaciones de estética
El doctor especialista en cirugía plástica, estética y reparadora, Marco Carmisciano, del Hospital Quirón Sagrat Cor y HM Delfos, constata cómo, algunos de los problemas citados por la fisioterapeuta Mar Bernal pueden acabar en su consulta. El abdomen cambia y como ya avisa Bernal, se tiene que saber detectar la diastasis. En este sentido, Carmisciano asegura que la segunda operación más demandada por la mujer es la abdominoplastia: "Tienen la necesidad de reparar la diastasis que ha provocado el embarazo por una presión intrabdominal. La pared de esta se extiende demasiado y muchas no se recuperan como es debido". Si bien, añade: "No todas las pacientes necesitan ni quieren este tipo de operación, pero constato que a veces molesta e, incluso, se pueden desarrollar hernias en el postembarazo".
¿Los pechos se hacen pequeños?
Pero la reina de todas las operaciones estéticas son los pechos. ¿Realmente, quedan más pequeños o experimentan cambios después del embarazo? A menudo se justifica con la lactancia si, esta, es materna. Pero no es así de ninguna manera. Una mujer que decida amamantar con un biberón también puede sufrir cambios importantes en los pechos, tan sólo por el proceso de los nueve meses de embarazo, y hay que subrayarlo: "La operación de pechos es la que más demanda tiene, sin ningún tipo de duda. Y no tiene nada que ver, estríctamente con el parto. Aparte del proceso de vivir una maternidad, las mujeres que ya antes se quieren operar, se recomienda que esperen a tener el primer hijo porque durante todo el embarazo el pecho se modifica, también con el amamantamiento obviamente. Para dar un resultado definitivo y durable en el tiempo, es mejor hacerlo a posteriori".
Carmisciano apunta a que "no existen estadísticas específicas de cirugía mamaria después del embarazo", pero la práctica lo trae afirmar que es un caso que se multiplica. "La intervención es muy segura, el riesgo es la anestesia o una alergia, pero son casos extraños. Si se hace en las condiciones adecuadas y de la mano de buenos profesionales, de verdad, es muy seguro a día de hoy". ¿Y cuál es la explicación científica? Las mamas cambian por dos razones: una estríctamente hormonal durante el embarazo y que afecta al tejido, desde la elasticidad hasta la composición. De la otra, si añadimos la lactancia ya que se experimenta un cambio anatómico en la producción de leche, también se pierde elasticidad. Otro hecho puede ser si, durante el embarazo se gana mucho peso y después se pierde". Así pues, ¿todas las mujeres verán cambios? "No, y no todo el mundo lo necesita, pero muchas mujeres también nos dicen que quieren volver a tener los pechos como antes del embarazo o, incluso, mientras daban el pecho porque se veían las mamas un poco más llenas de lo que habitualmente eran".
¿Hay demanda de operaciones de vagina?
La tercera operación va ligada a la vagina. ¿Hay una demanda? "Se ve mucho menos hoy día. Afortunadamente, los partos han mejorado mucho la técnica de la episotomía si lo comparamos con hace quince o veinte años. Se ven menos casos y no hay tanta demanda respecto a las mamas o el abdomen". ¿Hasta qué punto, la necesidad de una operación estética es necesaria? Lo decide la mujer y hay que romper con aquellos críticos que, con falta de empatía, no entran a respetar la libre elección de cada uno para decidir con su cuerpo lo que quieran. Sin embargo, ¿cómo afecta el entorno social? Es una pregunta, por otra parte, siempre inevitable hacerse cuando se analiza este aspecto. "Cada paciente tiene su historia, su idea, sus pequeños traumas o sus motivaciones profundas que llevan a tomar esta decisión. Es personal y no podemos ligarlo, erróneamente, a la motivación de un trauma. Puede ser que la mujer, sencillamente, quiera mejorar el pecho, no le dé miedo la cirugía, tenga amigas que se han operado y les han gustado los resultados, se informan bien y, finalmente, tiran adelante".
A modo de reflexión, Carmisciano concluye: "Mi opinión personal basada en la experiencia de las pacientes es que cada uno tiene sus expectativas y deseos. Seguramente, la presión de la sociedad, a través de las redes sociales, la televisión y el imaginario de un cuerpo femenino específico, puedan marcar de alguna manera. Con respecto a la presión de la pareja lo dudo, como mínimo por lo que veo en la consulta. Si bien, después de una ruptura sentimental, muchas mujeres vienen para mejorar alguna cosa, porque quieren un cambio en su vida y este pasa por un tema estético. Finalmente, es una misma que toma la decisión y, actualmente, las mujeres son muy autodeterminadas, saben lo que quieren. La única duda es si hay una especie de influencia en el subconsciente procedente de algunos lugares que hemos citado".