El Tour de Francia se ha levantado conmocionado por el atentado de Niza. Los organizadores de la prueba se han reunido esta mañana con la propuesta real de suspender la decimotercera etapa, una contrarreloj de 37 kilómetros. Finalmente, la dirección del Tour ha decidido no cancelarla pero sí que adoptará medidas excepcionales con respecto a la seguridad.
La prueba se reforzará desde antes de que empiece la contrarreloj para garantizar la seguridad de las más de 30.000 personas involucradas. Además, los responsables de la prueba han anunciado que suspenden todos los actos protocolarios previos a la etapa y que se guardará un minuto de silencio antes de la salida del primer corredor.
Los ciclistas han pasado la noche en la Provenza, cerca de donde se ha producido el ataque terrorista, ya que el Tour arranca esta mañana en la localidad de Bourg Saint Andéol, situada a unos 300 kilómetros de Niza.