La AP-7, la autopista que vertebra Catalunya y la conecta con Francia y el País Valencià, tiene un problema de capacidad y a menudo se colapsa con importantes retenciones, a la vez que también presenta una alta siniestralidad que lo empeora todo. En los primeros meses del 2025 ha habido 32 víctimas mortales en accidentes en la autopista y los siniestros leves son una constante. A lo largo del 2024 hubo cerca de 700 accidentes registrados en esta vía. Como medida de choque, la consellera de Interior, Núria Parlon, anunció hace unos días que se implementará un tramo de velocidad variable en la AP-7, en unos 150 kilómetros entre Maçanet de la Selva y el Vendrell. Ahora, el director del Servei Català de Trànsit, Ramon Lamiel, da este sábado más detalles de los planes que hay con la AP-7 en una entrevista con EFE, en la cual anuncia que podrá haber tramos donde la velocidad permitida se reduzca a 60 km/h.

La AP-7 tiene una capacidad máxima para absorber 5.200 vehículos por hora, si bien Lamiel admite que en algunos tramos y momentos determinados el número de vehículos presentes en la vía llega hasta los 7.000. De hecho, los usuarios habituales han constatado el aumento de afluencia, especialmente la presencia mucho mayor de camiones, desde que se eliminaron los peajes. El diagnóstico del director de Trànsit es que durante los fines de semana, la autopista no tiene suficiente capacidad para absorber todos estos vehículos en varios puntos de su recorrido, especialmente donde conecta con otras vías concurridas.

Los días laborales, el epicentro de los problemas se sitúa entre Santa Perpètua de Mogoda y Barberà del Vallès, en el enlace con la C-58, en una zona donde se acumulan más de 800 horas de retenciones cada año. Precisamente, según Lamiel, la decisión anunciada por la consellera Parlon de instaurar un tramo de velocidad variable a lo largo de 150 kilómetros entre Maçanet de la Selva (Girona) y el Vendrell (Tarragona) pretende escalonar la circulación para mitigar las retenciones que se producen a partir de este punto negro entre Santa Perpètua i Barberà.

El plan de Trànsit es instalar paneles en todo este recorrido, donde también se reforzarán radares de tramo y los nuevos carro-radares, para regular la velocidad en función de las condiciones viales y meteorológicas. El objetivo es hacer a los vehículos circular más lentos en el tramo donde hay fluidez antes de llegar a la zona de retenciones, para que la "agitación" en el volante no provoque tantos accidentes. Según explica Lamiel a EFE, la previsión es que estos paneles puedan llegar a reducir la velocidad permitida hasta los 60 kilómetros por hora en algunos puntos. En este sentido, Trànsit prevé servirse de la ayuda de algoritmos y de inteligencia artificial (IA) para valorar, por ejemplo, qué tipos de vehículos están circulando. También apuestan por utilizar más cámaras para detectar si algún conductor está utilizando el teléfono móvil.

Aparte, Trànsit prevé aplicar en este tramo de alta siniestralidad de la AP-7 unos carriles de salida más largos, que permitan ordenar y separar los flujos de vehículos. De esta forma, desde Santa Perpètua se podrían dividir los carriles del tramo de la autopista hacia Barberà en dos bloques: los conductores de los dos carriles de la izquierda serían los que seguirían por la autopista en dirección Tarragona y los de la derecha saldrían para la C-58 hacia el Vallès. La división sería de unos diez kilómetros, desde Santa Perpètua hasta Barberà. Trànsit todavía lo está pensando y se podría mantener un carril compartido, pero siempre con al menos dos a cada lado.

Finalmente, Trànsit también valora poner paneles más luminosos con mensajes más "incisivos" para recomendar a los conductores que cojan vías alternativas en caso de congestión en la AP-7.

Protesta ciudadana con corte en la AP-7 para pedir seguridad

Paralelamente, el movimiento vecinal 'Mai més peatges', cortará la AP-7 a la altura de Aldea (Baix Ebre) el próximo 30 de abril para exigir a las administraciones más inversiones en la mejora, mantenimiento y seguridad en la infraestructura. La previsión es que la protesta se alargue durante una hora a partir de las seis y media de la tarde. No descartan la posibilidad que se concrete en una forma de movilización híbrida, que incluya cortes y marchas lentas. Los episodios de accidentes y largas retenciones que los usuarios han sufrido especialmente durante los últimos meses en la AP-7 han reactivado este movimiento vecinal que luchó a su día contra los peajes. Hace unas pocas semanas, los vecinos comparecieron en el juzgado de Amposta para ratificar y ampliar la denuncia que habían puesto por las carencias de seguridad y mantenimiento de la autopista a partir desde que se eliminaron los peajes. Los protestantes también rechazan que la AP-7 vuelva a ser de pago y defienden que tiene que ser un servicio público que funcione adecuadamente.