Las declaraciones del portavoz del sindicato de mandos de los Mossos d'Esquadra, Jordi Dalmau, diciendo que el responsable del disparo que hirió a Ester Quintana se está escondiendo, han removido el cuerpo por dentro y han vuelto a poner interrogantes sobre la mesa. Interior, pero, no se plantea investigar nada si no hay nuevas pruebas.
Fuentes del cuerpo explican que con todo lo que se ha recogido durante los 4 años de instrucción "no se ha podido saber quién fue", descartando que se haya querido esconder desde dentro al responsable y que haya alguien que sepa quién es. Remarcan que con lo que tienen ahora "no podemos ir más allá", pero "si se aportan nuevas informaciones y pruebas, estamos abiertos a volver a revisar la investigación".
En la misma línea se ha referido hoy el comisario jefe del cuerpo Josep Lluís Trapero en una entrevista en Catalunya Ràdio: "El caso Quintana está cerrado en cuanto a las responsabilidades criminales respecto al inspector y el agente. Si aparecen otros elementos que nos permitan abrir otra vía de investigación... Fuimos los primeros interesados en abrir la investigación".
También ha lamentado que "nadie quiso ver nada más que una pelota de goma. Se nos trató de trileros".
Con todo, Trapero ha admitido errores y sobre los agentes de la 414 que expedientaron y apartaron de la unidad de antidisturbios por mentir, ha dicho que "no todas las cosas son como nos gustaría que fueran. Hay gente que hace trampas no diciendo toda la verdad".
El comisario jefe de los Mossos también ha cargado hoy contra la línea política de Interior comandada por Felip Puig: "Este tema nace mal porque corremos mucho al dar información y no damos información precisa. La política tiene sus tempos. Los mandos no tuvieron suficiente coraje para decir a Felip Puig y Manel Prat que la información que se tenía en un primer momento no era lo bastante fiable".