El turismo se ha convertido en una de las cuestiones candentes del debate público en Catalunya o las Illes Balears, territorios que reciben gran cantidad de visitantes a lo largo del año, y especialmente durante el verano, hasta el punto de saturar algunos espacios e infraestructuras o contribuir a agravar severamente la crisis de vivienda por la proliferación de pisos destinados al alquiler turístico. Más allá de la defensa institucional y patronal de la llegada de turistas por el peso económico que tiene la actividad destinada al visitante, han proliferado también asociaciones vecinales y entidades de todo tipo, también partidos políticos, con un discurso proclive a la regulación más estricta de la llegada de turistas y la apuesta por un viraje del modelo económico que no sea tan dependiente de la llegada de visitantes, para reducir las consecuencias negativas que comporta. Para traer luz sobre el debate, el Centro de Estudios de Opinión (CEO) ha preguntado por el turismo y la última encuesta del órgano muestra que los catalanes son mucho más favorables hacia los turistas de lo que se podría pensar.

De acuerdo con el sondeo del CEO presentado este jueves, el 74% de los catalanes, es decir, casi tres de cada cuatro, están de acuerdo en el hecho de que se tiene que seguir fomentando el turismo, mientras que tan solo un 22% se muestra en contra. De igual forma, la mitad de los encuestados —el 54%— quieren que su comarca atraiga más visitantes, ante un menor 39% que está en desacuerdo o muy en desacuerdo con el crecimiento turístico en su entorno.

Con todo, el sondeo, que ha contado con la participación de más de 2.600 personas de toda Catalunya, también muestra esta creciente alarma hacia las consecuencias negativas del estrés turístico sobre el territorio: casi la mitad de los catalanes —el 49%— piensa que el turismo limita las actividades y el espacio público para la gente que vive aquí —ante un 44% que no lo cree así—, y también que ahora mismo se está llegando a un límite de la capacidad de poder absorber el turismo que llega —el 46% lo piensa, ante un 40% que no lo ve así.

Posicionamiento de los catalanes hacia el turismo, según la encuesta del CEO / Dosier CEO Ómnibus 2024 1

 

En una dirección similar, apuntaba un sondeo del ayuntamiento de Barcelona publicado a principios de año, que señalaba que el 70,9% de la población de Barcelona considera que "el turismo es beneficioso para la ciudad", mientras que el 23% lo ve perjudicial. El informe 'Percepción del turismo en Barcelona 2023' del Departamento de Estudios de Opinión de la Oficina Municipal de Datos muestra que el 56,6% de los encuestados ven el turismo como la principal fuente de riqueza de la ciudad, a mucha distancia de cualquier otro sector. El informe, elaborado con 1.859 encuestas hechas a barceloneses a finales del 2023, también recoge que 8 de cada 10 personas cree que "genera oportunidades económicas y de trabajo para la ciudadanía".

Crecientes protestas contra el turismo

Siguiendo el ejemplo de las últimas protestas en Mallorca, que han sido masivas y han hecho que las autoridades empiecen a moverse, unas ochenta de organizaciones sociales y ecologistas de Catalunya han convocado una gran manifestación para el próximo 6 de julio bajo el lema '¡Basta! Pongamos límites al turismo'. Una protesta con la cual los organizadores —Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic, No a la Copa Amèrica, Zeroport o Resistim al Gòtic— quieren denunciar los estragos que genera la masificación turística en la ciudad, como la expulsión de los vecinos y los comercios de proximidad de toda la vida o los trabajos precarios que genera, y por los cuales se reclaman unos límites.

La convocatoria iba acompañada de un manifiesto con argumentos a favor de un cambio de modelo económico hacia uno menos dependiente del turismo, por lo que denominan "decrecimiento" turístico, así como por el fin de la promoción turística desde las instituciones o que no haya ninguna subvención o exención fiscal para el sector. También reclaman que no se amplíen infraestructuras como el puerto de Barcelona o el aeropuerto del Prat, así como evitar que la capital catalana acoja acontecimientos como la Copa América. El pasado 8 de junio ya hubo una primera marcha contra el exceso de turistas, que recorrió el centro de Barcelona bajo el lema 'Salud, tierra, futuro. Defendamos el territorio' y que convocaron organizaciones juveniles anticapitalistas y ecologistas.