Tres feministas de Futuro Vegetal han declarado este lunes como investigadas de un delito de daños al patrimonio histórico por haber tirado pintura lila en el Palau Episcopal de Barcelona, durante la jornada del 8 de marzo de 2024, Día de la Mujer. La Fiscalía de Medio Ambiente de Barcelona presentó una querella contra las tres personas (dos mujeres y un hombre), que recayó a la titular del juzgado de instrucción 25 de Barcelona, que ha interrogado a los activistas. El arzobispado, que se ha personado como acusación particular, ha cifrado en 10.436 euros el gasto delas tareas de limpieza y restauración del edificio. El delito de daños contra el patrimonio es castigado con una pena de entre 6 meses a tres años de prisión.

En su declaración, las feministas de Futuro Vegetal, que reivindicaron esta acción en el Palau Episcopal en las redes sociales, han asegurado a la magistrada de que "era un acto de desobediencia civil no violento" durante la jornada del 8-M  y que era pintura lavable. Han añadido que centraron la protesta en la residencia del arzobispo Juan José Omella para denunciar "sus declaraciones contra el aborto y la ley trans, y porque Omella no quiso ir a la comisión parlamentaria sobre la pederastia", según fuentes judiciales. 

Por contra, para la fiscal del caso, que no ha asistido a su interrogatorio, su acción es delictiva porque  sostiene que "los querellados actuaron conjuntamente con la intención de causar menoscabo en un edificio singularmente protegido por su valor histórico, artístico y arquitectónico, siendo conscientes que con su acción se produciría un daño relevante en el patrimonio artístico".

Un extintor para tirar pintura

En la querella, la Fiscalía de Medio Ambiente expone que el 8 de marzo de 2024, los querellados fueron, "en ejecución de un plan preconcebido y actuando conjuntamente", en el Palau Episcopal de Barcelona, situado en el número 5 de la calle del Bisbe, "provistos, entre otros efectos, de un extintor modificado para utilizarlo como lanzapinturas". Añade que una de las querelladas roció la fachada con pintura acrílica de tonalidad violeta, mientras una segunda querellada daba cobertura a esta acción, al mismo tiempo que exhibía una pancarta reivindicativa". Y finalmente, el tercero querellado "grababa la intervención para posteriormente publicarla y reivindicarla en redes sociales en el perfil X de la organización "Futuro Vegetal".

Añade que "a consecuencia de esta acción vandálica", se causaron varios daños en la fachada del Palau Episcopal, parte de los cuales fueron parcialmente eliminados aquel mismo día. No obstante, detalla que "los daños no han sido revertidos íntegramente, dado que la pintura penetró entre la piedra que forma la fachada, situándose en las zonas interiores, lo cual impide su retirada sin un tratamiento específico, causando una alteración estética del conjunto".

El presupuesto de limpieza y reparación, presentado, por el Arzobispado al juzgado, supera los 10 euros, y la Fiscalía recuerda que el Palau Episcopal está declarado Bien Cultural de Interés Nacional, y figura en el Plan de Protección del Patrimonio Arquitectónico del Ayuntamiento de Barcelona.

Segunda acción en el juzgado

Es la segunda vez que una acción de Futuro Vegetal llega a los juzgados. En concreto, dos activistas de la plataforma Futuro Vegetal, que admitieron en el juzgado que protagonizaron una protesta en el Museo Egipcio de Barcelona contra la cumbre del clima (la Cop27) que se hacía en Egipto en el 2022— tienen que ser juzgados y la Fiscalía de Barcelona pide que sean condenados por un delito intentado de daños sobre el patrimonio histórico a una pena de multa de 4.500 euros cada uno.

Además, la fiscal de Medio Ambiente pide que los dos jóvenes indemnicen el museo con 12.458 euros por los daños sufridos en objetos, que mancharon con un tipo de líquido similar a la mermelada. La defensa de los jóvenes, ejercida por Xavier Iniesta, aseguró que asumían su responsabilidad, aunque se cuestionaba el valor de la reparación.