Uber aprovechó las protestas del sector del taxi que hubo por toda Europa en el 2014 para aparecer como víctimas de la reacción de los conductores y acercarse así a varios líderes políticos para presionarlos. Así lo revela una investigación periodística internacional en qué han participado medios como El País, La Sexta, la BBC, The Guardian y también por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, que explica que la empresa se reunió con el ahora presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, cuando entonces era miembro de una comisión sobre economía colaborativa. También lo intentaron con quién presidía el Govern en el 2014, Artur Mas, y la Moncloa, Mariano Rajoy, aunque, según El País, niegan que la reunión se acabara produciendo.
Escenas de violencia
Las manifestaciones de los taxistas contra la llegada de Uber en Europa generaron algunas escenas de violencia contra la plataforma y sus conductores y vehículos. La investigación revela que la empresa apostó por capitalizar estas acciones para ganarse la empatía de la ciudadanía, conscientes de que ponían en peligro a sus trabajadores. "Sería muy potente tener fotos de violencia en Barcelona de esta semana y también de otros incidentes", escribió el director de Políticas Públicas de Uber para Europa, el Oriente Próximo y África, Mark MacGann, según han publicado los investigadores del caso. El intento de acercarse a los políticos también implica el hoy presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, en aquella época abogada del despacho Cuatrecases que tenía Uber como cliente. Ya entonces la compañía consideraba a la CNMC como "principal aliada" para implantarse en el Estado español y ahora la presidenta del órgano es la abogada que representaba los intereses de Uber hace una década.
Macron hizo lobby a favor de Uber
La investigación internacional también salpica al presidente francés, Emmanuel Macron; la excomisaria de la Unión Europea Neelie Kroes; el ex primer ministro irlandés Enda Kenny; el ex primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, y el exministro de Hacienda del Reino Unido George Osborne, entre otros, que habrían ayudado a Uber a entrar en los mercados de sus países adaptando la legislación. En total, los datos extraídos de conversaciones filtradas sitúan hasta 130 cargos políticos en la diana de Uber. Justamente hace pocos días que Uber anunció su retorno a Barcelona como servicio de vehículos de transporte con conductores (VTC) con una flota de unos 200 coches.