Uber quería explotar la rivalidad Barcelona-Madrid ante el rechazo en Catalunya. Fue el año 2014 cuando la compañía norteamericana intentó utilizar esta competencia entre ambas ciudades con el objetivo de "crear un desafío entre Catalunya y el Gobierno", ya que la empresa encontró oposición en lo que tenía que ser su campo de pruebas: la capital catalana. Así lo revela la información publicada este lunes por El País a raíz de los documentos filtrados al diario británico The Guardian y que han sido compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés). Se trata de los Uber Files: una investigación periodística que ya reveló el domingo que Uber aprovechó las protestas de los taxistas para victimizarse y presionar políticos. Es por esto que los taxistas han anunciado nuevas movilizaciones.
Los antiguos directivos de la compañía norteamericana vieron en el Mobile World Congress (MWC) del 2015 una oportunidad para "avergonzar" a Barcelona, después del rechazo de la administración catalana durante los primeros contactos con la empresa en el año 2014. Repensó una ofensiva política tanto en la capital catalana como en Madrid, donde el gobierno autonómico del Partido Popular (con Ignacio González al frente) estaba "ansioso" para que entraran en el mercado. Es aquí donde El País cita un documento estratégico de Uber en el cual se hablaba de Madrid como próximo destino. De hecho, apuntaban hacia un ejecutivo regional que representaba "la facción más liberal" del PP. El límite, sin embargo, era "una confrontación abierta con el taxi" y menos a "un año de las elecciones".
Uber quería generar miedo a los políticos de Barcelona
En esta línea, la compañía norteamericana defendía que lo que tenía que hacer era "generar miedo entre los políticos" sobre que Barcelona "podría perder su reputación e imagen como hub mundial de innovación y desarrollo si no adopta la política correcta". Esto llegó hasta el MWC del 2015, donde la compañía planeaba la participación en el acontecimiento de quién fue su consejero delegado, Travis Kalanick, como "holograma". La idea no salió adelante, pero el director de Políticas Públicas para Europa, Mark MacGann, dijo el siguiente: "Me encanta la idea como una posibilidad que avergonzaría a Barcelona, como si no pudiera proteger a los inversores de la mafia local (en referencia a los taxistas)". De hecho, este lunes por la tarde se ha sabido que el propio MacGann (lobbista irlandés) se ha identificado como el informante en la investigación sobre Uber.
Después de la difusión de los llamados Uber Files, fuentes de la empresa han insistido en el hecho de que "nunca" han puesto ni pondrán excusas por comportamientos del pasado que "claramente no están en consonancia con los valores actuales" y han pedido al público que juzgue la empresa tanto por los últimos cinco años como por lo que hará "de aquí en adelante". La vicepresidenta sénior de Marketing y Asuntos Públicos de Uber, Jill Hazelbaker, se ha referido este lunes a los errores en la gestión de antes del 2017. Es por eso que se contrató un nuevo consejero delegado, Dara Khosrowshahi, quien "rediseñó los valores, renovó el equipo de dirección, renovó el equipo de dirección, hizo de la seguridad una prioridad para la empresa (...) e instauró rigurosos controles y procesos legales para operar como cotizada".