La Comisión Europea (CE) adoptó este lunes medidas para restringir los microplásticos añadidos intencionadamente, con las que se evitará la liberación al medio ambiente de alrededor de medio millón de toneladas de microplásticos, y que incluyen un veto a la purpurina suelta y a las microperlas exfoliantes. Bajo el Reglamento de registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias químicas (REACH por sus siglas en inglés) de la Unión Europea (UE), se prohibirán la venta de microplásticos como tales y de productos a los que se hayan añadido microplásticos intencionadamente y que los liberen cuando se utilicen.
En el caso de que estén "debidamente justificadas", se aplicarán excepciones y periodos de transición para que los afectados se adapten a las nuevas normas, informó el Ejecutivo comunitario en un comunicado. La restricción adoptada utiliza una definición amplia de microplásticos, pues abarca todas las partículas de polímeros sintéticos inferiores a cinco milímetros que son orgánicas, insolubles y resistentes a la degradación.
Las medidas empiezan en menos de 20 días
El objetivo de estas medidas es reducir las emisiones de microplásticos intencionales de tantos productos como sea posible, y los más comunes dentro del alcance de la restricción son cosméticos (exfoliación con microperlas u obtención de una fragancia), detergentes, purpurina suelta, juguetes o medicamentos, entre otros. Las primeras medidas, como la prohibición de purpurina suelta y microperlas, empezarán a aplicarse cuando la restricción entre en vigor dentro de 20 días, mientras que en otros casos se aplicará tras un periodo más largo para dar tiempo a las partes afectadas a desarrollar y cambiar a alternativas.
Bruselas se ha puesto las pilas y tiene prisa para prohibir estos productos porque hay estudios que advierten que los microplásticos afectan directamente a la salud de las personas. Estos microplásticos se han encontrado en elementos de uso diario como bebidas, algunas comidas y en carne y pescado.
En mayo de 2021 la Comisión adoptó el Plan de Acción de Contaminación Cero, con el objetivo de reducir un 30% la emisión de microplásticos antes de 2030. La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) recomendó restringir estas partículas, tras determinar que se liberan de forma descontrolada en el medio ambiente. Además, varias investigaciones científicas alertan de la presencia de microplásticos en el cuerpo humano.