Hoy en día, en Barcelona hay un total 500 instalaciones telefónicas. Sin embargo, únicamente queda una en el formato "cabina con techo y puertas" y se encuentra en la calle Lledoner, delante del número 2, en el barrio de Sant Genís dels Agudells (Horta-Guinardó). Su supervivencia se pone en entredicho por su desuso, muchas generaciones y muchas llamadas después.
El pasado mes de noviembre, compañías como Telefónica aseguraron que "no eran rentables" y que muchas de ellas ya estaban siendo desmanteladas. Además, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) pidió su retirada.
Sin embargo, en diciembre el Gobierno que preside Mariano Rajoy forzó a Telefónica a seguir gestionando durante un año más, las 18.161 cabinas que hay en España. Así pues, Telefónica es la responsable de prestar el servicio de estas cabinas hasta el 31 de diciembre del 2017. Además este acuerdo podría extenderse un año más en función del servicio que ofrecen las cabinas.
Lejos de resignarse, una exprofesora de instituto, Anna Farré, ha iniciado una campaña de recogida de firmas para evitar la desaparición de esta instalación. Esta iniciativa ya ha superado el millar de firmas.
Preservación como "pieza de museo"
Según ha explicado a El Nacional, Farré es "amante" de estas cabinas con puertas. Al enterarse que sólo quedaba una cabina de estas características, se sintió muy impactada y decidió empezar la iniciativa.
"Creo que estas cabinas se tienen que conservar, son testigos de una época y de un barrio y quien más quien menos tiene alguna anécdota. Hay gente que utilizaba un cordel o un chicle para recuperar una moneda perdida, novios y novias que se llamaban desde las cabinas porque en casa no veían bien la relación o aquellos que se dejaban cosas y otros lo recuperaban", ha explicado Farré, que en realidad no vive en el barrio, ya que es vecina del Eixample.
La profesora, reconvertida en fisioterapeuta, ha manifestado que quiere convertir esta cabina de la calle Lledoner en una "escultura pública" aunque no quiere que esta pierda su funcional atribución, la de llamar.
Farré no ha descartado próximamente trasladar su propuesta al Ayuntamiento de Barcelona y ha insistido que las diversas leyes o decretos que se puedan hacer desde el ámbito municipal "no la tienen que hacer desaparecer".
Problemas de recambios
El temor a la desaparición de esta cabina con puertas persiste en el barrio. A pesar de todo, el diciembre pasado, el Gobierno que preside Mariano Rajoy forzó a Telefónica-Movistar a prorrogar el mantenimiento de las cabinas durante un año más.
Este lunes unos operarios de Telefónica se acercaron a la calle Lledoner para hacer tareas de mantenimiento en la mencionada cabina. "La cabina con puertas funciona pero falta la puerta y actualmente es complicado encontrar puertas de estas características", ha dicho Farré.
Los técnicos reemplazaron los cristales y el suelo y sustituyeron las piezas que estaban estropeadas. Sin embargo, y a pesar del paso de los años, el teléfono funciona, ha insistido la exprofesora y fisioterapeuta.