La Sala Caracol en el barrio de Lavapiés de Madrid ha vivido un episodio lamentable. Según la propia sala, fueron víctimas de un engaño por parte de un grupo de extrema derecha que contrataron el alquiler del espacio bajo un seudónimo para celebrar un concierto nazi. Según los responsables de la Caracol, la Policía Nacional se presentó en las puertas cuando recibió la alerta pero recomendó proceder con el concierto ya que no tenían la potestad para precintar nada porque "no se consideraban aptos para ofrecer la protección y seguridad que requería su cancelación", según detallan en un comunicado oficial.
Aunque era un evento privado, la alerta de esta celebración racista corrió como la pólvora entre diferentes grupos antifascistas.
Los responsables de la Caracol se sienten engañados. Y grupos como el Sector Musical CNT Madrid han lamentado que los mismos propietarios sí suspendieran conciertos anteriormente programados para ser tildados de favorecer la izquierda abertzale, desde diferentes medios de comunicación.
Aunque en un primer comunicado, la Sala Caracol aludió cualquier responsabilidad, finalmente sí condenó la fiesta que se celebró con normalidad.