Un error de Adif ha estado a punto de causar un choque frontal entre trenes en Blanes, en la línea R1, este viernes. Según ha avanzado RAC1, el maquinista pudo ver el otro convoy y decidió no avanzar, pero ahora la compañía está investigando los hechos por el grave accidente que se podría haber producido. Se trata de un accidente parecido a lo que pasó hoy hace dos años a Casellgalí, al R4, que causó la muerte de la maquinista de uno de los convoyes y dejó heridas más de un centenar de personas, seis de ellas graves.
Los dos convoyes afectados son los que se creen a las ocho menos cuarto de la mañana a la estación de Blanes, en un tramo que sólo tiene una vía. RAC1 ha explicado que aunque el tren en sentido Maçanet tenía la señal de salida de la estación en rojo, el centro de control de tráfico autorizó continuar la marcha en sentido norte, pero a la salida de la estación había otro tren en sentido sur, hacia Barcelona.
Sin embargo, por suerte, a pesar de recibir la autorización, el maquinista del tren que estaba en la estación vio que a la distancia que había con el otro tren no era la correcta, decidió no seguir y lo notificó en el centro de control, un hecho que probablemente salvó la vida de muchas personas.
Según han explicado expertos a RAC1, "en caso de haber ido con dos o tres minutos de retraso los dos trenes se habrían encontrado de cara ya en plena línea en un tramo donde se suele circular a 100 km/h, cosa que habría podido provocar un accidente de carácter grave".
Investigación abierta
Ahora corresponderá a la agencia de seguridad ferroviaria investigar los hechos. Sobre el aula hay dos opciones: que el centro de control falló o que el sistema de detección falló y no detectó que una de las vías estaba ocupada. De momento, ni Rodalies ni Adif han dado explicaciones públicamente.
El Departamento de Territori y Sostenibiliat de la Generalitat hace años que reclama a Adif mejores sistemas de señalización y detección, una renovación que el Estado prometió después de los últimos accidentes ferroviarios de Catalunya. Sin embargo, años después, la realidad no es la promesa, y es que en la mayoría de ocasiones ni siquiera han empezado las obras por hacerlo posible.