La Vall d'Aran ha sido reconocida este viernes por parte de la UNESCO como Reserva de la Biosfera, que supone un reconocimiento internacional que sitúa este lugar del Pirineo catalán como referente en el "desarrollo territorial, ambiental y socioeconómico", según informa en un comunicado el Consell General d'Aran. La ceremonia de entrega, en la que ha participado la síndica d'Aran, Maria Vergés, con una representación del equipo técnico que ha trabajado en la candidatura, así como representantes del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico responsable del MAB en España, se ha celebrado en Agadir (Marruecos) en el marco de la 36.ª edición del Consejo Internacional de Coordinación de la UNESCO por el programa "Hombre y biosfera".
La candidatura de la Vall d'Aran se ha promovido a lo largo de los últimos cuatro años y ha obtenido el reconocimiento finalmente este viernes en una ceremonia en que también han sido reconocidas otras diez regiones del mundo. Por parte del Estado español, aparte del Aran, también ha sido reconocida la región de Irati, en Navarra.
¿Qué son las Reservas de la Biosfera?
Las Reservas de la Biosfera son, según la UNESCO, "lugares de aprendizaje para el desarrollo sostenible". Serían lugares en los cuales se intenta aplicar "enfoques interdisciplinarios que permitan comprender y gestionar los cambios y las interacciones que se producen entre los sistemas sociales y ecológicos, entre las cuales se encuentran la prevención, conflictos y la gestión de la biodiversidad". Se trata de espacios que aportan soluciones locales a problemas mundiales. Las Reservas de la Biosfera proponen varias soluciones para conciliar la conservación de la biodiversidad con un uso sostenible. "No son en ningún caso figuras de protección ambiental ni tampoco un certificado turístico", afirma la nota del Consell.
La candidatura de Aran como Reserva de la Biosfera se ha propuesto como una herramienta para "preservar y recuperar las actividades tradicionales promoviendo políticas de despoblamiento y transición a un modelo rural más resiliente, vehiculando la armonización de un desarrollo económico sostenible con la gestión y preservación de los valores culturales y naturales". La propuesta ha presentado un equilibrio entre cuestiones ambientales, socioeconómicas y culturales, tomando una importancia relevante la preservación de la lengua, cultura y patrimonio de Arán, elementos esenciales de la singularidad de la Vall d'Aran.
De acuerdo con la propuesta, la Vall d'Aran constituye "un lugar excepcional para la conservación de la biodiversidad natural y de la diversidad cultural". Conforma "uno de los territorios más singulares de los Pirineos Orientales" a causa de su cultura fronteriza, la identidad cultural y lingüística propia y la diversidad paisajística y ecológica única. Además, es "una de las zonas más factibles de transición hacia un modelo más sostenible y un desarrollo económico basado en los valores socioculturales y medioambientales". Uno de los mayores retos del territorio es "conseguir diversificar sus capacidades convirtiéndose en un espacio más resiliente, ya que representa un lugar de demostración de métodos de desarrollo sostenible mediante la investigación, la observación, la formación, la educación y la sensibilización.